El alcalde de Cortes de Pallás, Fernando Navarro, aseguró ayer, tres meses después del derrumbe que una ladera que dejó aislada a esta población valenciana, que el comercio local se encuentra «completamente arruinado» y que las perspectivas para este verano no invitan a la esperanza: «Ya no hablamos de turismo, es la gente de Cortes de Pallás que vive fuera la que se está pensando si viene a pasar unos días o no, sobre todo la gente mayor», declaró.
El alcalde, tras reunirse con responsables de Iberdrola, ha recibido garantías de que la CV-428 podría reabrirse «antes de las navidades», aunque se muestra escéptico e insiste en buscar soluciones «definitivas» como la construcción de un nuevo puente sobre el embalse de Cortes que garantice «bajo cualquier circunstancia» el acceso a la población.
Fernando Navarro recordó que en los ochenta, cuando se construyó el embalse y el actual puente, el ayuntamiento de Cortes ya reclamó un trazado alternativo para evitar la problemática ladera.
«Existe un compromiso por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de trabajar en esa dirección, pero ahora mismo todavía no hay un interlocutor claro en la Administración a quien podamos dirigirnos para exigir el puente», aseguró en referencia a los nombramientos pendientes en la conselleria de Vivienda y Obras Públicas.
Según el calendario previsto por Iberdrola, a finales de agosto estaría completado el saneamiento de la ladera que se derrumbó el pasado 6 de abril. A continuación construirán dos muros de contención de casi un centenar de metros para sujetar la calzada de la CV-428 y la de la carretera de Otonel. «Solo cuando hayan terminado esos trabajos podrá asfaltar la Diputación de Valencia; si todo sale bien antes de Navidad», aseguró el alcalde, que confia a la institución provincial el «control» de los trabajos que hace Iberdrola.
Hasta entonces, la realidad de Cortes de Pallás es la de un municipio «aislado», pese al acondicionamiento de caminos y a la apertura de una vía fluvial que atraviesa el embalse.
«A pesar de que se han mejorado los caminos y se les ha dado una capa de alquitrán nada te evita un rodeo de casi dos horas», aseguró.
Respecto a la barcaza que cruza el embalse, Fernando Navarro asegura que las dificultades de acceso al embarcadero„una senda hormigonada con trazado en zig-zag e impracticable para los vehículos „hace que no pueda ser utilizada por todos los vecinos, sobre todo por los mayores.
«Apenas viene nadie y el comercio local, vinculado al turismo, se encuentra arruinado», insistió.
El «día a día» también depara sorpresas, casi siempre negativas. «Nos han dicho que la ambulancia que mandaron para estar aquí permanentemente tiene que irse porque hay otros pueblos que todavía quedan más lejos de un centro hospitalario. De día confiamos en el helicóptero medicalizado de la Generalitat, pero por la noche puede haber problemas si nos retiran la ambulancia», añadió.
