Acudir a las elecciones generales sin lastres, ni pesos muertos ni dirigentes amortizados. Es el firme propósito de una dirección nacional del PP que está totalmente resuelta a acelerar el relevo de Alberto Fabra como líder del partido en la Comunitat Valenciana y no esperarse a finales de agosto para ejecutar la operación renove, como pretendía Fabra. Se precipitará la semana que viene. Génova ya tiene decidido que la persona que tomará las riendas del partido para intentar darle un revulsivo de cara a las generales será la actual coordinadora general, Isabel Bonig, según informaron a este diario diversas fuentes del partido.

La decisión ha sido tomada después de que la dirección nacional ha llamado a consultas a los presidentes provinciales (Vicente Betoret, José Císcar y Javier Moliner), a la propia Bonig y a Rita Barberá para recabar su opinión con vistas a generar consenso en el relevo. Los citados dirigentes acudieron el jueves a Madrid a la reunión instada por el vicesecretario nacional de organización, Fernando Martínez Maíllo. Ayer lo hizo el expresidente de la Generalitat, Alberto Fabra. Entre los candidatos barajados para la sucesión no se consideró al líder provincial de Alicante, José Císcar. El exvicepresidente del Consell comunicó a Génova que se autodescarta en esa carrera sucesoria para dedicarse en exclusiva a dirigir el partido en Alicante.

La dirección nacional quiere que la operación relevo, que se ejecutará la semana que viene a través de la convocatoria de una junta directiva regional, se cimente en el mayor consenso posible, si bien supone, de entrada, una desautorización en toda regla a Alberto Fabra. En los tiempos, dado que el exjefe del Consell tenía previsto primero estar hasta enero „cuando se celebrará el congreso regional„, luego hasta mediados de septiembre y, finalmente, hasta finales de agosto. Tampoco tutelará el proceso, como pretendía, ni la elegida será María José Catalá. La exconsellera portavoz era la favorita de Fabra para coger las riendas del PP valenciano. Pero la impuesta por Madrid es Bonig al entender que reúne el perfil indicado para intentar la reanimación del partido con tiempo suficiente de cara a una cita con las urnas en la que el PP nacional se juega bastante más que el Gobierno. Los resultados de los populares valencianos son, en ese sentido, decisivos de cara a las opciones de Mariano Rajoy de seguir en Moncloa, según ha trasladado Maíllo a sus interlocutores.

Levantar la moral de la tropa

Distintas fuentes indicaron que la exconsellera de Infraestructuras se ajusta a las exigencias del partido y del momento. Alguien con carisma, capaz de hacer una oposición visceral al Consell bipartito de izquierdas y que levante la moral de la tropa en momentos depresivos tras la catástrofe electoral del 24 de mayo, el aciago día en el que los populares perdieron el gobierno de la Generalitat, las principales alcaldías (Valencia, Alicante, Elx, Castelló, Gandia o Torrent, entre tantas) o la Diputación de Valencia.

Bonig reúne un consenso bastante extendido, como acreditó su designación como número dos de los populares. Entre otros, cuenta con el favor del propio José Císcar. Los cambios en el partido afectan también a las Corts. Una de las opciones es que Bonig concentre todo el poder y se convierta en nueva síndica, aunque fuentes del PP indicaron que en aras del consenso podría optarse por situar al actual vicesíndic Jorge Bellver como portavoz, la opción natural tras la marcha del síndic, Alberto Fabra.