Los defensores del horario escolar intensivo de 9 a 14 horas en la escuela pública valenciana, la totalidad de sindicatos docentes y la plataforma de familias a favor de la jornada continua de la C. Valenciana, confiaban en que la nueva Conselleria de Educación del bipartito Compromís-PSPV alzara el veto de la exconsellera Mª José Català a concentrar todas las clases por la mañana. Nada más lejos de la realidad, pues el nuevo equipo del conseller Vicent Marzà no sólo rechaza extender la jornada continua de cara al curso que arranca en menos de un mes más allá de los 31 colegios que la aplican de forma experimental, sino que supedita su futura extensión a un debate «con calma y sin prisas».

Representantes de la plataforma de familias por la jornada continua, cuya implantación es casi exclusiva a la provincia de Alicante, fueron recibidos la semana pasada por el secretario autonómico de Educación, el socialista Miquel Soler, al que solicitaron que ya para este mismo curso 2015-16 curso 2015-16 incluya en el plan piloto de horario intensivo a los 130 centros que en estos dos últimos años «han presentado proyectos a la conselleria, avalados por una aplastante mayoría de padres que votaron a favor».

Una ampliación del pilotaje que conselleria rechaza a tenor de la respuesta a la pregunta de Levante-EMV sobre la solicitud de dicha plataforma. «El debate sobre la jornada continua lo debemos abordar de forma seria y meditada, con calma y sin prisas, pues no hay unanimidad pedagógica al respecto. Nuestra intención es evaluar detenidamente sus resultados y efectos en los centros donde ya se aplica y extraer las conclusiones oportunas», informan fuentes de Educación.

Català desistió en las pasadas vacaciones escolares de Fallas de negociar un decreto de jornada escolar que contemplara el horario intensivo. La primera intentona fallida fue en mayo de 2013, la segunda en marzo de 2014, cuando lo retiró por «falta de consenso» entre sindicatos docentes y Ampas. Sin embargo, en la tercera y última esgrimió razones pedagógicas al asegurar que había detectado un aumento de repetidores en los 9 colegios que concentran todas las clases de 9 a 14 horas desde el curso 2013-14.

El dictamen de la comisión de evaluación de dicho programa experimental de la jornada continua presentado por Català concluía que «no existen evidencias pedagógicas de los beneficios de la implantación de la jornada continua en el rendimiento académico del alumnado que puedan justificar la generalización del programa experimental». En cuanto a los 22 centros a los que se amplió el pilotaje este pasado curso 2014-15, la comisión subrayaba que «aún no se dispone de resultados», por lo que proponía continuar con el programa experimental «durante un curso más en los centros donde ya está implantado, sin ampliar a más colegios, con el fin de que se puedan obtener resultados (...) que permitan establecer un estudio comparado y saber qué impacto real tiene la jornada continua».

Es decir, el anterior equipo de Català demoraba un curso más la extensión de la jornada continua, al prorrogar el pilotaje limitado a 31 colegios durante este curso 2015-16 a la espera de resultados concluyentes. Una postura que mantiene el actual equipo de Marzà, pero sin concretar fechas.