El convenio firmado en la empresa pública Imelsa, apenas tres semanas antes de las elecciones, y el proceso de selección de 300 brigadistas forestales anunciado por Alfonso Rus en Navidad son dos de las minas que dejó el anterior equipo directivo de Imelsa como herencia a los nuevos gestores. Sin contar la investigación judicial de las presuntas ilegalidades que afectan a la empresa por los siete años (2007-2014) en los que Marcos Benavent estuvo de gerente. La suspensión de las pruebas para contratar a los nuevos brigadistas ha obligado a comunicar a los aspirantes que no habrá incorporaciones. Se habían inscrito más de 4.000 personas para acceder a una nómina en la empresa que en sí misma constituye una diputación paralela. f. a. valencia
