La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, se marcó ayer un tanto político político de gran calibre al arrancar el sí de la dirección nacional de su partido a la reforma del Estatuto de Autonomía para blindar (sobre el papel) las inversiones del Estado en la Comunitat Valenciana. Bonig despejó ayer las dudas sobre la posición del grupo popular en la votación el próximo miércoles de la toma en consideración de la ley al anunciar que todos los diputados populares votarán a favor. Según las fuentes consultadas, Bonig tenía casi cerrado el apoyo de Madrid el mismo miércoles que anunció que pelearía el respaldo al texto, pero fue a primera hora de la mañana de ayer cuando Génova les dio la luz verde definitiva.

Cabe recordar que esta reforma estatuaria llevaba bloqueada desde 2011 por el PP. El debate en el Congreso de los Diputados, paso previo para su posterior aprobación y entrada en vigor, se había pospuesto a instancias del PP en cuatro ocasiones, tanto desde la Mesa de l Congreso como desde las Corts. El sí de Madrid —las gestiones se han hecho en el más alto nivel— supone un indudable éxito para Bonig que podrá presumir de haber logrado en dos meses, lo que su antecesor Alberto Fabra no consiguió en cuatro años: doblegar al Ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, quien nunca vio con buenos ojos que otra comunidad pueda invocar el Estatuto de Autonomía para lograr más trozo de pastel de las inversiones. En realidad, todos los partidos, así como el Gobierno saben que la cláusula inversora, que ya tiene Andalucía y Cataluña, es papel mojado ya que el Constitucional ha dejado claro que su cumplimiento no vincula a la Ejecutivo a la hora de elaborar el presupuesto. Ahora bien, tiene un valor simbólico importante. Cabe apuntar que la votación del miércoles no tendrá mucho recorrido ya que la Cámara se disolverá a finales de octubre y la iniciativa decaerá. Serán otras Cortes Generales las que tendrán que pronunciarse sobre el contenido. Esta circunstancia ha allanado el camino al PP valenciano, aunque no es la única clave. Las elecciones generales están a la vuelta de la esquina y, tras la sangría de votos en la Comunitat Valenciana, Génova parece ser consciente de que ningunear a la organización valenciana es un error estratégico.

La plaza valenciana es fundamental para que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy tenga opciones de seguir en la Moncloa. Y hay otro factor: Bonig es la apuesta de Madrid para liderar el PP y este asunto la refuerza tanto a nivel interno como a nivel externo. Fuentes del PP indicaron que Bonig ha llevado personalmente las gestiones y que las conversaciones se han producido al máximo nivel. Así, Bonig habría hablado directamente con Cospedal de este asunto. Las fuentes consultadas indicaron que Bonig también tenía garantías de que Montoro no iba a oponerse a la tramitación y que se trataba de una decisión coordinada entre partido y Gobierno. La gesta de Bonig tiene aún más mérito si se tiene en cuenta de que el PP se desayunó el martes con la noticia de que el último pleno de la legislatura incluiría el «problema» valenciano.

«Todos los parlamentarios votarán a favor»

«Los diputados votarán que sí a la reforma». Así de contundente se mostró ayer Bonig al ser preguntada por las negociaciones con Madrid sobre la votación. Añadió que esta cuestión no era un reto para ella, sino para los valencianos que verán «quienes de verdad están con ellos y quienes los usan para hacer política». Y defendió que la reforma fue impulsada por el PP tanto con Camps como con Fabra.