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Especie

El paraíso de los delfines

Un grupo de alrededor 30 cetáceos está asentado en las aguas que van desde la Vila Joiosa hasta Dénia, en la Marina Alta y Baixa - Los expertos aseguran que la comida de las piscifactorias les atrae

El paraíso de los delfines

«¡He visto un delfín!». Es una frase que seguro habrá dicho más de una persona de las que se acercan a la bahía que va desde Dénia hasta la Vila Joiosa. Éste es el punto que más cetáceos congrega en sus aguas dentro de la Comunitat Valenciana. Alrededor de unos 30 transitan por esta zona, cuando lo habitual es que no superen los 12 animales en el mismo grupo, según explicaron a este diario fuentes de l'Oceonogràfic. Un fenómeno que ha llamado la atención de los biólogos y han tratado de explicar con diversos estudios.

La conclusión a la que han llegado es que la concentración de diferentes piscifactorías en estas aguas es una llamada de atención para los delfines mulares. Éstos han visto que tienen comida en estas instalaciones y llegan hasta las jaulas para comer todo lo que pillan: restos de pienso que alimentan a las lubinas o doradas que crían en estas granjas, o los pequeños animales que se acercan hasta allí a hacer lo mismo que ellos (como jureles o palometas), pero que terminan devorados por los cetáceos, según detallaron fuentes de l'Oceonogràfic.

Son muchas las maneras en las que se está estudiando y ya se ha hecho a lo largo de los últimos 10 años. El Parque Natural de Serra Gelada, uno de los puntos por los que se pasean los delfines, comenzó una investigación para determinar el número de cetáceos a través de la foto-identificación. Es decir, tomando imágenes de las aletas de estos mamíferos y determinar si se trata de un ejemplar ya identificado o no.

Asimismo, las diferentes personas que pasean por la zona y ven a un delfín, pueden llamar a la Red de Avistamientos de Delfines y enviarles una fotografía del momento. No obstante, saber con precisión el número de cetáceos es difícil porque gran parte de su tiempo lo pasan debajo del mar.

Una de las piscifactorías que colaboró en esta investigación es Basademar, Altea. Desde esta empresa afirman que hace un par de años los veían a diario, jugaban con ellos y seguían a sus embarcaciones. Pero de un tiempo a esta parte, sólo los ven una vez cada 15 días, o una al mes. Le encuentran la explicación a la llegada de los atunes rojos, que están todos los días en las piscifactorías alimentándose de lo que antes era comida para los delfines. Como consecuencia, los cetáceos ya no se atreven a acercarse porque son «más veloces y depredadores que ellos», según apuntaron fuentes de Basademar. Asimismo, está demostrado el paso de ballenas de Dénia a Alicante.

L'Oceonogàfic elaboró un estudio desde 2008 hasta 2010 para el que sumergió en la zona de paso de los delfines tres «hidrófonos» conectados a un ordenador y así percibir cuándo están fondeando. Con ello, supieron, por ejemplo, que había presencia de ellos durante todo el año casi a diario y que cuando más transitaban por la zona era por la noche. En julio y agosto es más difícil por el aumento del tráfico en el mar, según apuntaron desde la empresa Oxytours.

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