Gran parte del atractivo turístico y cultural de Andilla se debe a sus vestigios arqueológicos. Además un descubrimiento reciente ha multiplicado de forma exponencial el legado histórico y arqueológico de la población. Se trata de una necrópolis del ibérico antiguo (siglo V a. C.), ubicada en la zona llamada Corrales de El Carnoso. Este yacimiento, fue hallado por primera vez por Josep Maria Burriel „director del Museo Arqueológico Municipal de Moncada„ y Juan José Ruiz López „director del Museo Arqueológico de Chelva„, el pasado 27 de noviembre de 2012.

Tal como subraya Juan José Ruiz, «el momento del descubrimiento de la necrópolis, no sólo fue emocionante sino una sorpresa mayúscula, pues varios autores hablaban del poblado ibérico de El Carnoso, como Vicente Llatas Burgos en 1969, pero nunca se había divisado resto alguno de la necrópolis».

Cabe aclarar que los íberos no inhumaban a sus difuntos, ya que practicaban la cremación. Tras el descubrimiento se procedió en julio y agosto de 2014 a la excavación de 200 m2 de la necrópolis, bajo la dirección científica de Ana Sabater y los descubridores ya citados. Se realizaron los trabajos con una subvención de la Conselleria de Educación y el respaldo económico del Ayuntamiento de Andilla. Los resultados no se hicieron esperar, confirmando que se trataba de una necrópolis tumular ibérica de cremación de cronología antigua (siglo V a.C.), la única conocida en la comarca de La Serranía y de las escasas en toda la Comunitat Valenciana.

En ella se han podido documentar dos tipos de sepulturas, que al parecer funcionaron al mismo tiempo: estructuras tumulares de plantas cuadrangulares y alzados que no superarían el metro de altura, que en algún caso pudieron estar escalonadas; y sepulturas de cremaciones en hoyo sencillas o Loculus.

Este tipo de necrópolis en hoyo tiene numerosos ejemplos paralelos en el área sureste de la península ibérica. Esta necrópolis ibérica en La Serranía, como en otros lugares ibéricos, parece haber estado delimitada por un períbolos (muro) del que quedan muchas evidencias y todo parece indicar que podría superar los 2.000 m2 de superficie. Las dimensiones de los túmulos están en torno a los tres por tres metros.