Compraron la vivienda en plena burbuja inmobiliaria y cuentan con las mismos derechos y obligaciones, y sin embargo, afectados por la misma situación pueden acceder o no a la prórroga dependiendo de la fecha en la que presentaron la solicitud. Ese es el caso de Cristina Aguilar. Un mes marca la diferencia entre poder prorrogar su ayuda, o no. «La ley salió en junio de 2013 y un mes después, en julio, finalizaban los primeros cinco años de mi ayuda. Así que me quedé fuera y me partieron por la mitad. Desde entonces me deben unos 2.000 años. Todo esto me parece muy injusto», explicaba ayer la joven, que sigue sin comprender cómo el Tribunal Constitucional avala la decisión del gobierno de Mariano Rajoy «de dejarnos en la estacada».
Cristina lleva dos años sin cobrar. Judith se verá en esta situación en unos días. «El plazo de los primeros cinco años finaliza en diciembre y ya se que me va a subir la hipoteca, pero aún no se cuánto. Puede que no sea una gran cuantía pero somos familias que tenemos necesidad. Yo me compré una hipoteca que pudiera pagar aún cuando las cosas no me fueran bien. Y así ha sido. Perdí el trabajo y puedo asumir la cuota de mi hipoteca, siempre que me respeten la cantidad subvencionada porque lo adquirí con esas condiciones», explica la joven.
Para el comedor escolar
A Tomás, los cinco años de subvención se le acabaron en junio de este año y desde entonces paga 80 euros más de hipoteca «que me vendrían genial para dejar a mis hijos al comedor o para pagarle alguna de las clases extraescolares». «A mí me parece un robo a mano armada y me da rabia que no tengamos la suficiente capacidad de reacción para montar una gran protesta porque estamos a menos de un mes de las elecciones y hay que decir, alto y claro, que el PP nos ha quitado lo que es nuestro, lo que nos pertenece».
