La directora general de Salut Pública, Ana María García, aseguró ayer que «algunas vacunas administradas en la infancia no inducen inmunidad duradera para toda la vida; en estos casos, si los programas no se refuerzan con dosis posteriores al cabo de los años, las personas vacunadas se vuelven de nuevo susceptibles y por lo tanto con riesgo de enfermar».

Ana María García, que abrió ayer la Jornada de Vacunación en el Adulto en la sede de la dirección general de Salud Publica, recordó también que los estilos de vida, ciertas ocupaciones profesionales, circunstancias ambientales o viajes internacionales, junto con algunos procesos médicos, hacen a determinados grupos de adultos susceptibles a ciertas enfermedades, algunas de las cuales son prevenibles mediante vacunas.

La directora remarcó ante 170 especialistas asistentes a la jornada, que la mayoría de los programas de vacunación de adultos se dirigen a determinados grupos de riesgo y pretenden proteger a estas personas frente a las enfermedades inmunoprevenibles. «Pero para que estos programas sean realmente efectivos es necesaria la integración de las medidas preventivas y en particular la vacunación, en la práctica asistencial diaria».

García subrayó la importancia de realizar recomendaciones de vacunación a los grupos de riesgo de la población adulta con el fin de complementar los programas de vacunación iniciados en la edad infantil y reforzar su impacto en la prevención de la enfermedad.

Se estima que el 95 % de la población mayor de 15 años acude al centro de salud cada 5 años por lo que es en este entorno donde exista una oportunidad inmejorable para conseguir ampliar las coberturas vacunales en los adultos y completar la vacunación de aquellas personas que han abandonado la pauta vacunal prevista.