El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, el conocido como informe PISA, se ha convertido en los últimos años en una quimera para los países que participan en estas pruebas diagnósticas. Todo se mide y se juzga en base a estos resultados. De hecho, una de las justificaciones para introducir la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) es precisamente que España saca mala nota en estos exámenes. Pero, ¿y si no fuera así? ¿Y si en realidad los alumnos no son tan torpes y la educación tan mala?
Según Jesús Jornet, catedrático de Medición y Evaluación Educativas de la Universitat de València (UV), «se han pervertido los resultados de PISA. Nos están vendiendo que nuestro sistema educativo es un desastre cuando en realidad no lo es tanto». Jornet lleva tiempo explicando esto, desmontando el informe PISA y relativizando la importancia que se le da a estas pruebas diagnósticas impulsadas por la OCDE.
«El principal problema es que se hace una mala interpretación política. A base de repetir una y otra vez que nuestros resultados son malos, se está estigmamtizando la educación, acabamos creyéndonoslo y reproduciéndolo a todas horas». Una de las razones por la que los políticos hacen esto es, por ejemplo, para legitimar cambios en las leyes educativas, como la Lomce, una norma que en opinión del experto no contribuirá a mejorar el nivel de los alumnos porque es selectiva y no inclusiva.
«Si los refuerzos de los que habla la Lomce fueran acompañados de presupuesto real estaríamos ante otra situación. Pero mientras no se invierta en capital humano y en formación del profesorado no se avanza. No hay profesorado de apoyo. Se puede adiestrar a los alumnos para que hagan mejor las pruebas, pero, ¿eso significa que saben más de esa materia?», se pregunta el catedrático.
Los falsos mitos
«España tiene un nivel educativo por encima de su desarrollo económico, y sin embargo eso nunca se destaca. Por ejemplo, los estudios medios españoles son similares a los de Finlandia. Sin embargo, ellos tienen más alumnos excelentes y menos deficientes, y nosotros al revés. Pero la franja intermedia es parecida», expone el experto en medición educativa. «El porcentaje de alumnos que se sitúan en niveles medios es mayor que el promedio de la OCDE», añade Jornet.
El informe PISA mide el nivel en matemáticas, lengua y ciencias, aunque las pruebas fueron ideadas para comprobar si los estudiantes de 15 años tienen las competencias básicas para participar como ciudadanos activos en la sociedad del conocimiento. «Para evaluar realmente esto haría falta preguntarles también sobre cultura, historia, sociedad o ética, pero son campos muy ligados a características propias de cada país, por lo que quienes diseñaron estas pruebas los dejaron de lado», explica Jornet. En este sentido, «el informe PISA está sobrevalorado», ya que mide conceptos muy concretos de una determinada manera, cuyos resultados son fácilmente manejables e interpretables al antojo de políticos y cuyas preguntas no se adaptan a las realidades de cada país.
