Los centros de investigación españoles premiados en la segunda edición de las acreditaciones de excelencia Severo Ochoa y María de Maeztu han destacado la importancia que supone la diferenciación entre unos científicos y otros por su trabajo y la necesidad de «no hacer café para todos» y premiar la calidad científica para avanzar. Así lo dijo Eugenio Coronado, director del Instituto de Ciencia Molecular de la Universitat de València, que reivindicó, además, continuar con el programa Consolider que financiaba la excelencia de grupos de investigación. Coronado recogió el distintivo María de Maeztu para su centro. Marta Valero, del Barcelona Supercomputing Center destacó también la necesidad de ser «relevante» para producir riqueza en el país y pidió un Ministerio de Investigación.