El 16 y el 17 de enero. Esos han sido los únicos dos días de frío verdaderamente invernal que se han vivido, de momento, en la Comunitat Valenciana. Las temperaturas casi primaverales han desembocado en consecuencias no solo en el ámbito medio ambiental, sino también energético.
El invierno más cálido de los últimos 146 años en Valencia ha provocado un descenso en el consumo eléctrico de cerca del 8 %, en concreto del 7,7 %, respecto al mes de enero de 2015. Estufas y calefactores han permanecido apagados buena parte del invierno, no solo en domicilios, sino también en el sector servicios. Al menos así lo demuestran los datos provisionales facilitados a este periódico por Iberdrola, principal distribuidora de electricidad en España.
En concreto, en enero de 2015 se consumieron 2.261 gigavatios por hora (GWh) en el conjunto del territorio valenciano, contando el sector industrial, el de servicios y el de hogares. En el mismo mes de este año, se han gastado 2.119 GWh, lo que supone una caída del 6,3 %. En cuanto a la provincia de Valencia, la brecha se acentúa, pasando de 1.104 GWh consumidos durante enero del año pasado a 1.019 GWh este 2016. Es decir, una caída del 7,7 %.
Como ya publicó Levante-EMV, a las altas temperaturas se ha sumado además la ausencia de precipitaciones, con un 90 % menos de lluvias que la media habitual de esta estación. Con todo, no es de extrañar que además de no encender las estufas, los valencianos hayan invertido poco en renovar su armario de invierno.
Abrigos con destino «outlet»
«La mayoría de las prendas ´gordas´ de abrigo están colgadas en las perchas todavía», explica el dependiente de una conocida cadena textil del centro comercial Gran Turia de Valencia. Encima, la moda de esta temporada no ha acompañado mucho. «Este año se llevaban rebecones de galga, de punto grueso, anoracs y abrigos plumíferos», señala. Prendas más bien pensadas para un invierno de temperaturas bajo cero como el de Nueva York, donde este año se ha vivido una intensa nevada, que para el «invimavera» valenciano, con mañanas soleadas de hasta 25 grados.
Ante esta situación, las tiendas de ropa no han tenido más remedio que aplicar fuertes descuentos a estos productos. «Los hemos puesto todos al 70 %, a ver si les damos salida», comenta el tendero. La cuestión es que la ropa se compra la temporada anterior, es decir, que la de este invierno la compraron en 2015.
«Es complicado predecir qué tiempo va a hacer, pero esto no es lo normal», sentencia. Ante esta situación, los comerciantes han tenido que efectuar pedidos extra en fábricas más cercanas para poder ofertar prendas de entretiempo después de que estas se agotaran tras la demanda tan inusual.
Otra trabajadora de una tienda de ropa joven del centro comercial Bonaire cuenta cómo en su establecimiento hay toda una estantería con chaquetones a 19,90 €. «Lo que se suele hacer es ir rebajándolas cada vez más de precio hasta que finalmente se llevan al ´outlet´, las tiendas de la misma marca que ofrecen productos de la temporada anterior», señala la joven.
