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Dávidas del caso Avialsa y otras causas investigadas

Huerta regaba con regalos a Gobernación, Aviación Civil, el Icona y la Guardia Civil

El empresario remitía las cajas de Navidad, con jamones y vino en algunos casos, a las casas particulares

Huerta regaba con regalos a Gobernación, Aviación Civil, el Icona y la Guardia Civil

El empresario de los aviones antiincendios, Vicente Huerta, aseguraba tras ser detenido y quedar en libertad en la «Operación Hispaniolus», abierta por el presunto amaño de contratos y pago de regalos y mordidas, que «no me hacía falta invitar a Serafín Castellano a cacerías ni hacerle regalos, porque era el único licitador». Huerta no tenía competencia porque, como investiga la Fiscalía Anticorrupción, se repartía el mercado de la extinción de incendios en España junto a otras empresas. Pero cuidaba las formas.

Cada año por Navidad, su empresa Avialsa T-35 SL regaba con regalos a los responsables de la extinción de incendios en Conselleria de Gobernación y la Generalitat de Cataluña, el Icona, la dirección general de Aviación Civil en Madrid y hasta la Guardia Civil, según la «Lista de regalos Navidad 2010» por 10.375 euros, incluida en el sumario judicial. Entre los agasajados, el personal de la Conselleria de Gobernación que incluía al titular, Serafín Castellano (el 2010 incluyó un jamón), su jefe de gabinete y su secretaria, la directora general de Emergencias, Irene Rodríguez o la subsecretaria Juana María Forés que recibían la caja navideña de Avialsa en su domicilio particular. Una media docena de responsables de extinción de incendios también eran agasajados con «cajas rojas». Huerta también cuidaba al personal del Centro de Emergencias 112 de l'Eliana a los que enviaba «5 cajas de cava», al igual que a guardias civiles de los puestos de Viver, Sagunt y Puçol que también recibían botellas de cava (y alguno un jamón) en sus domicilios particulares.

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