«Algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los países pobres de sus propios males, con indebidas generalizaciones, y pretenden encontrar la solución en una educación que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofensivos. Esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países». Con esta cita del «Evangelii Gaudium» (La alegría del Evangelio) del papa Francisco, abrió ayer el conseller de Educación Vicent Marzà su intervención en el Fórum Europa Tribuna Mediterránea.

Con medio Consell entre el auditorio, una nutrida representación de la patronal y lo más granado de la comunidad educativa, desde rectores de universidades hasta empresarios de la concertada, Marzà subrayó que la exhortación de Bergoglio define «muy bien la situación que padecemos».

«Pese a tener razones para ello», Marzà declinó dedicar su tiempo a la herencia de «muchísimos casos de corrupción» de los anteriores gobernantes del PP. «No perdonamos la vergüenza que nos han hecho pasar», les advirtió.

Marzà quiso romper con el pasado mordidas en la obra pública como las investigadas en la Operación Taula, donde uno de sus epicentros fue la empresa pública para la construcción de colegios Ciegsa. Sociedad que registraba la Guardia Civil el pasado día 26 mientras él y el presidente Ximo Puig presentaban un mapa escolar para acabar con los barracones esta legislatura con una inversión de 482,7 millones en la construcción de 124 colegios e institutos y la eliminación de las aulas prefabricadas en otros 116.

Recuperar la confianza mutua

Por ello, llamó a «pasar página de la Comunitat de los barracones a la de un país de aulas dignas», con un mensaje a los contratistas de obra pública: «Es importantísimo que los empresarios de la construcción puedan confiar en la Administración valenciana, pero también al revés, y para eso son necesarios criterios claros y adjudicaciones limpias, dejando atrás el pasado».

«Educación + Ilusión= Edusión»

Marzà basó su discurso regeneracionista en tres «valores valencianos para construir una nueva sociedad», que son la confianza „«que no la marca, ni el Ibex 35, sino la buena gestión y la transparencia, ni tampoco la prima de riesgo, sino que nuestros hijos tengan la misma educación que los hijos de empresarios», dijo „, la cooperación y la «Edusión, que es la suma de ilusión y educación, dos elementos clave para el éxito».

Otro pilar de su parlamento fue el de la igualdad de oportunidades. «Todos tienen derecho a elegir, no podemos permitir que unos sean más libres que otros pues la libertad no es sinónimo de privilegios».

De este modo, justificó desde los cambios en el decreto de admisión del alumnado que eliminan el distrito escolar único impuesto por el PP hace tres cursos „«deben ser las familias las que elijan a los centros y no al revés», aseveró „ hasta el programa de gratuidad de libros escolares. «Si una familia debe escoger entre pagar la factura de la luz o los libros de texto, no es libre», concluyó.

Fin de funcionarios sin destino

El Conseller también anunció que el concurso de traslados de este año habrá suficientes vacantes para que los funcionarios docentes a la expectativa de destino, alguno de ellos desde 2005, puedan obtener una plaza definitiva y estabilizar las plantillas. Respecto al acceso a las bolsas de interinos, apuntó que «las oposiciones se han de ganar, no sólo aprobar», aunque apostó por «trabajar por un nuevo acuerdo de interinos más justo».

Interpelado por unas declaraciones de 2014 sobre los Països Catalans a una emisora de radio catalana, Marzà se negó a reabrir «batallas del pasado» y, ante «quienes generar polémicas», advirtió: «Cada vez que oímos hablar de la bandera, los valencianos nos llevamos la mano a la cartera»

Preguntado por su decisión de liquidar el programa experimental que imparte el 80 % de las clases en inglés en seis colegios públicos, Marzà dijo que la anterior conselleria «lanzaba planes experimentales que se convertían en ocurrencias definitivas». Eso sí, tranquilizó a los padres de estos alumnos que iniciaron el proyecto con tres años en el curso 2009-10, y a los que les quedan dos cursos para acabar Primaria, que concluirán su formación dentro del mismo.

Marzà aboga por generalizar un nuevo modelo lingüístico que garantice el aprendizaje de valenciano, castellano e inglés, del que sigue sin dar más pistas más allá de que lo aplicará dentro de dos cursos, en el ejercicio 2017-18.