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25 aniversario

Cuando tener otro hígado era ciencia ficción

Especialistas y pacientes celebran hoy los 25 años del primer trasplante hepático realizado en La Fe y que fue pionero en la Comunitat Valenciana

Cuando tener otro hígado era ciencia ficción

«Estaba con un amigo con el que hacía taekwondo y con las familias comiendo en un coreano. Me avisaron de que estaba listo el hígado y me tuve que ir. Desde entonces todos los años sin faltar uno nos vamos a comer toda la familia ese 5 de enero a un coreano». A José Mir, cirujano especializado en trasplantes hepáticos y ya jubilado, no se le puede olvidar la fecha del 5 de enero de 1991ni lo que significó para la Comunitat Valenciana: el equipo del hospital la Fe completó el primer trasplante hepático de la Comunitat Valenciana. Fue la culminación a muchos años de trabajo, de esfuerzos y de sueños germinados de varios especialistas que creían en lo que hacían.

En el hospital la Fe conmemoran hoy el hito conseguido ese día, lo que costó y las vidas que se han salvado desde entonces, más de 2.200.

«Yo era de los que creía que el trasplante de hígado era ciencia-ficción y ahora vamos ya hacia el trasplante celular», reconoce Mir echando la vista atrás a sus años de universidad. El logro no fue fácil, ni rápido. El primer trasplante de este tipo en el mundo se consiguió en Estados Unidos en 1963 y en Europa en 1967. El avance no llegó a España hasta 1984 de la mano del Hospital de Bellvitge. Por aquel entonces, el equipo de Mir ya era referente en la cirugía para contener las complicaciones de la cirrosis. «Estaba cómodo pero no acomodado y el que se empezara a hacer en Bellvitge fue como una espoleta para intentarlo», recuerda.

Estudios en Cambridge

Decidido a conseguirlo, Mir pidió al pionero en la práctica en Europa, el profesor Calne, permiso para ir a Cambridge a aprender in situ. «Fue en 1986. Allí me di cuenta de que eso lo podía hacer yo». A su vuelta en 1987 tenía claro que había que poner en marcha el proyecto pero se topó con la muralla burocrática. «Ya se hacían de corazón, de riñón y de córnea, incluso de médula pero había un tapón». Luchando contra el desánimo del equipo, abordaron el problema desde otra perspectiva y empezaron a viajar también a Cambridge todos los miembros del equipo implicados «médicos, cirujanos, anestesistas? y todos venían con la misma idea 'esto lo podemos hacer nosotros' y cambió el ambiente».

Con el beneplácito de la administración conseguido, llegó la primera intervención. «Victoria se llamaba. Se le dijo que iba a ser la primera y tanto ella como su familia se volcaron. No sabemos lo que vale que un enfermo entregue su vida en tus manos hasta que llega uno de esos casos», razona el cirujano.

Lamentablemente en el postoperatorio hubo complicaciones y la primera trasplantada no sobrevivió, «pero a los 15 días estábamos haciendo otro que sí salió bien y fuimos sumando. En 1996 ya hicimos 100 y desde entonces ha sido más o menos la cifra anual», comenta orgulloso Mir.

Costó 28 años que la práctica llegara a la Comunitat Valenciana pero en estos 25 años, el avance ha sido mayúsculo, tanto en la técnica como en los tratamientos. De todos los avances, para Mir uno de los más importantes es la mejora de los inmunodepresores que, directamente, mejoran la calidad de vida de los trasplantados. «No puedo sacar pecho si después invalido la calidad de vida de un paciente».

Desde su retiro -que no lo es tanto- Mir ve con curiosidad hacia donde va el futuro de los trasplantes. «Estamos haciendo ya trasplantes con hígados partidos de una madre que dona una parte de su órgano a una hija. Eso era impensable». El año que viene, lo volverá a celebrar comiendo en un coreano.

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