La vida no seguirá igual para los concejales del PP en el Ayuntamiento de Valencia aunque de momento sigan en el grupo sin carné del partido y como independientes. La dirección regional que preside Isabel Bonig tratará de apartarlos de facto del día a día de la labor de oposición limitando al máximo su margen de acción e intensificando la actividad de la gestora. Bonig dejó claro ayer durante su rueda de prensa que la única persona autorizada para fijar la posición del PP en el Ayuntamiento de Valencia es el próximo portavoz, Eusebio Monzó, el único no imputado en el caso Taula, y que paradójicamente fue en las listas municipales como independiente.

La calle Quart es consciente de la incómoda situación en la que se encuentra Monzó, quien, por otro lado, carece de dedicación exclusiva ya que compagina su acta con su trabajo para la universidad. Sin embargo, y en espera de que se resuelva la situación del grupo, tendrá que llevar sobre sus hombros el peso. No estará sólo, Bonig indicó que tendrá el apoyo de la gestora que preside Luis Santamaría y del propio partido. También de los asesores, a quienes el PPCV ha dado instrucciones para que se pongan a disposición de Monzó. Sólo él firmará mociones.

Bonig dejó claro que no comparte las reflexiones del día anterior de quien hasta ahora había sido el portavoz del grupo, Alfonso Novo, en el sentido de que nada iba a cambiar. «No son las indicaciones que tengo» , indicó Bonig, quien no obstante, tuvo dificultades de aclarar qué papel desempeñarán como independientes en el seno del grupo o si pueden o no partipar en las comisiones. Según Bonig podrán hacerlo, pero a título individual.

Fuentes del PPCV precisaron que ni que ni siquiera pueden emitir notas de prensa con el membrete del grupo, si no cuentan con la autorización del portavoz.

La posición de Bonig augura un tira y afloja no exento de tensiones, ya que el interés del PPCV de que los concejales sancionados queden en un discreto segundo plano choca con el de los afectados que quieren dar imagen de total normalidad.

De hecho, Novo insistió en sus últimas declaraciones antes los medios de comunicación que participaran igual que antes en las comisiones y llevando la voz del partido en los diferentes asuntos.

Avanzada la legislatura, son muchos los temas en los que están implicados los concejales sancionados, entre ellos, la denunca presentada contra el alcalde Joan Ribó por el viaje a Galicia. Además, en la última etapa y justo en pleno pulso con Bonig intensificaron sus iniciativas y comunicados de prensa. De momento, hoy, y a pesar de la dirección regional, los concejales liderados por Novo seguirán teniendo protagonismo en el pleno municipal. Novo no dejará la portavocía hasta el día 1 de abril, es decir el próximo viernes.

Oposición en la sombra

La idea de Bonig es activar la gestora que sustituyó a la dirección del cap i casal, un equipo de personas jóvenes procedentes de los distritos y que podría convertirse en una especie de oposición en la sombra y suplir las bajas en un grupo que podría acabar con un sólo concejal.

La gestora se ha reunido en alguna ocasión, aunque desde que se constituyó está en punto muerto en espera de que se despeje el futuro de los concejales. La idea que baraja Santamaría es activar las comisiones de trabajo que ya existían en la ciudad antes de que el huracán Taula hiciera saltar por los aires la dirección que dejó atada Rita Barberá.

El PPCV siempre ha sido consciente de que para remontar en votos era necesario recuperar el pulso en la ciudad. La renovación en una plaza gobernada con mano de hierro durante más de 20 años por la exalcaldesa era inminente, pero las detenciones e imputaciones han precipitado los acotencimientos. Ahora bien, es difícil empezar de cero con las heridas abiertas en el grupo municipal. Y las manecillas del reloj siguen girando sin que a corto plazo se vislumbre quien liderará esa renovación en la tercera ciudad de España.