Las aportaciones del Estado apenas cubren el 9,5% de la financiación de los servicios sociales de la Comunitat Valenciana, mientras que la Generalitat asume el 60,36 del gasto y los ayuntamientos, el 30,13 % restante. El secretario autonómico de Inclusión y de la Agencia Valenciana de la Igualdad, Alberto Ibáñez, puso este desigualitario reparto encima de la mesa del Consejo Territorial de Servicios Sociales y Dependencia celebrado esta semana en Madrid para denunciar que el Estado no está haciéndose cargo de la parte que le corresponde en el sostenimiento de los servicios sociales.

Con la crisis, el Gobierno «recortó» su aportación al Plan Concertado, que establecía una financiación a partes iguales del Estado, las autonomías y los municipios. El secretario autonómico ha exigido al Gobierno central un cambio en los criterios del reparto para que se efectúe «en base a un criterio poblacional que tenga en cuenta la dispersión geográfica, el envejecimiento y la tasa de pobreza». Ibáñez hace hincapié en que el actual modelo de financiación «está encima de la mesa desde los años 90» y la Comunitat Valenciana, junto con otras autonomías, han exigido al Gobierno central un cambio. De momento, el Ejecutivo central se ha comprometido a la creación de una comisión encargada de consensuar los criterios de reparto de las inversiones sociales territorializadas.

El secretario autonómico ha observado que la «infrafinanciación» del Gobierno central afecta tanto a los servicios sociales como a otros asuntos más concretos, como el apoyo a los programas destinados al pueblo gitano, donde solo destina 44.000 euros frente a los 900.000 ? de la conselleria.

El PP ataca a Puig por no informar

Por su parte, el coordinador de Economía del PP en Les Corts, Rubén Ibáñez, afeó ayer al president de la Generalitat, Ximo Puig, que haya «incumplido» su compromiso de informar sobre las negociaciones del Consell para mejorar la financiación de la C. Valenciana «porque su vicepresidenta, Mónica Oltra, se lo ha prohibido». El portavoz popular criticó las «lágrimas de cocodrilo» de Puig y Oltra por el déficit y les acusó de «generar confrontación con el Gobierno para tapar su incapacidad».