El exmagisrado Baltasar Garzón niega que estuviera de cacería cuando, en febrero de 2009, se produjo la detención de los presuntos cabecillas de la trama Gürtel, Francisco Correa y Pablo Crespo, siendo Garzón el juez instructor del caso. Garzón responde así a las acusaciones del abogado de Correa, Javier Saavedra, que durante su turno de conclusiones en el juicio por los contratos de la Generalitat con la red Gürtel en Fitur, acusó al exmagistrado de prolongar «ilegalmente» durante cinco días la detención de Correo y Crespo porque «estaba de caza, por ocio».

«Dicha afirmación es falsa y no es más que una maniobra poco ortodoxa tendente a la anulación de la causa con argumentos faltos de rigor», explica Garzón, quien concreta que los dos detenidos fueron puestos a disposición del juzgado «dentro del plazo legal de 72 horas» tras concluir las diligencias policiales. «La afirmación de que el mantenimiento de la detención fue porque estaba cazando es incierta y, por el contrario, respondió a la necesidad de que se practicase la apertura de una caja de seguridad en la oficina de Cajamadrid, que no podía realizarse sino al día siguiente», explica Garzón.

Según el exmagistrado, fue la Fiscalía quién solicitó la apertura de la caja fuerte y «se remitió oficio a la UDEF para que los funcionarios policiales trasladaran y reintegraran a los detenidos al Centro Penitenciario una vez concluida la diligencia», y que, «finalizado el plazo señalado, se continuó la comparecencia en la que la Fiscalía solicitó la prisión provisional y ésta fue acordada».