La Diputación de Valencia y la Confederación Hidrográfica del Júcar trabajarán conjuntamente en un plan de limpieza de cauces que «dará prioridad a los municipios que se comprometan a mantener limpios los ríos de manera regular». El acuerdo persigue que «los ayuntamientos se responsabilicen de la limpieza de los barrancos y los cauces premiando a quienes sean más constantes en su limpieza», según fuentes de la Diputación. Además, las administraciones implicadas se comprometieron ayer a mejorar la comunicación entre las mismas y a repartir los fondos de manera coordinada con el fin de «evitar duplicidades».

El primer paso lo dieron ayer la Federación de Municipios, la Diputación de Valencia, la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Delegación del Gobierno en una reunión en la que abordaron la necesidad de limpieza de los cauces, lo que, a juicio del presidente de la diputación, Jorge Rodríguez, evita «la propagación de incendios».

Riba-Roja limpiará sus barrancos

La falta de coordinación entre administraciones ha provocado situaciones límite en municipios como Riba-roja. Su alcalde, Robert Raga, advirtió que «si hay un riesgo elevado de incendios no voy a estar de brazos cruzados». El edil pidió «mayor agilidad y coordinación entre administraciones para tomar decisiones de urgencia a tiempo» y anunció que el consistorio limpiará los cauces aún sin el permiso de la Confederación, a la que, según explicó, solicitaron permiso sin haber recibido respuesta.