El apartado taurino de las fiestas de Vila-real que acabaron ayer se caracterizó por haberse iniciado y clausurado con dos incidentes, el primero como consecuencia del desfallecimiento de un toro en plena calle, lo que motivó la movilización de las asociaciones animalistas a nivel nacional y el segundo con la cogida de un menor de 15 años en el toro embolado. Este último suceso se produjo cerca de la media noche, en la calle San Antonio, cuando el astado embistió a un joven de 15 años, natural de Argelia y vecino de Vila-real, que se encontraba en el recinto.

Según relatan algunos testigos consultados, el joven sufrió un tropiezo como consecuencia del cual el toro se lo llevó por delante, provocándole un fuerte golpe en la cabeza y quemaduras en una mano y una pierna. Como explicó Javier Serralvo, «al haber un puesto de la Cruz Roja muy cerca se le pudo trasladar de inmediato hasta la enfermería», donde se le atendió en primera instancia antes de trasladarla hasta el Hospital de La Plana, en el que ayer aseguraron que seguía ingresado y que evolucionaba favorablemente.

En cuanto a la presencia de un menor en el recinto taurino, Serralvo defendió que «a veces es difícil controlar si algunos jóvenes son menores o no», dado que su aspecto físico puede dar a entender que tienen la edad permitida. Con todo, recordó que la responsabilidad sobre los menores es de los padres y subrayó que antes de iniciarse los festejos «se informa desde la megafonía de que está prohibida la participación de menores de 16 años» y en las barreras que limitan el recinto existen carteles informativos al respecto.

Por otra parte, el caballo que el pasado viernes fue corneado a la salida de Mesones en la Entrada de Toros y Caballos de Segorbe, «Poder», murió el sábado por la tarde después de no haber superado una hemorragia interna. Aunque en un principio el veterinario anunció que el equino estaba estable y que había pasado bien la noche del viernes, por la tarde el caballo sufrió una hemorragia interna por el traumatismo sufrido.