El día soleado acompañaba y en Valencia se notaban el comboi y el ambiente festivo en el día previo al Nou d´Octubre. Grupos de amigos y numerosas familias llegadas al cap i casal desde diferentes puntos de la Comunitat Valenciana no dudaron en aprovechar la jornada de puertas abiertas de diferentes instituciones para descubrir la majestuosidad de la arquitectura de edificios históricos como el Ayuntamiento de Valencia y los palaus de la Generalitat, Batlia o l´Escala, estos dos últimos sedes de la Diputación de Valencia.

En primer lugar, la visita obligada un 8 de octubre es al Ayuntamiento de Valencia, donde en el Saló de Cristall se expone la Reial Senyera que hoy se porta en la procesión cívica. Se trata de la senyera que cada Nou d´Octubre desde hace casi 100 años (1929) se baja del balcón del consistorio y se procesiona, y el resto del año se mantiene en vitrina.

«Venimos al Ayuntamiento porque celebramos el Día de la Comunitat Valenciana y traigo por primera vez a mis nietas», explica Francisco Zafrilla, de Mislata. Para él es un día en el que todos los valencianos y las valencianas «tendríamos que intentar aunarnos bajo unos mismos objetivos, cada uno con sus ideas, pero sin odiar al otro», lo que «debería durar todo el año», añadió.

También contemplaba la Senyera María Dolores, vecina de Valencia, con su nieta, Paula Ferrer, que estudia en el Colegio Juan Comenius de Valencia y se mostraba asombrada por la sala. «Es la primera vez que subo. De pequeña entré abajo y me hacía ilusión traer a mi nieta; esto es de todos los valencianos y tenemos derecho a verlo», apuntaba María Dolores.

Ayer por la mañana también pasaron por el Saló de Cristall José Ramón Miravé y Ainhoa Ballester, que se hicieron un selfi frente a la Reial Senyera con un grupo de amigos. Son de Eslida y se quedan el fin de semana en Valencia. «No habíamos estado nunca en el Ayuntamiento y nos ha gustado muchísimo, es muy bonito. Luego aprovecharemos para ir a l'Esglèsia de Sant Nicolau, al Palau... Es un día bonito que hay que celebrar», explicaba José Ramón. Ainhoa incidía en que, como son de Castelló, estaban aprovechando para conocer la capital valenciana.

Laia Navarro y Bárbara Folch , de Silla y Almussafes, visitaban el consistorio porque tienen que hacer un trabajo para una asignatura del Bachillerato artístico que cursan. «Es muy impresionante porque tienes diferentes estilos en un mismo edificio, como el barroco y el dórico, y las pinturas del techo», recalcaban. Ellas tampoco dudaron en inmortalizar el momento ante la Reial Senyera, que solo se expone sin vitrina el 8 de octubre. Se saca a las 9 horas y se vuelve a guardar a las 21 horas. Esta mañana vuelven a sacarla de la vitrina para el acto cívico, y por la noche se vuelve a guardar, hasta el año que viene.

Durante todo el día, más de 5.000 personas pasaron por el Saló de Cristall del consistorio. Asimismo, muchos visitantes también aprovecharon para descubrir el Museo Histórico de la ciudad, donde también se exponen la senyera que estaba en el monasterio de El Puig y data de 1535; y el Penó de la Conquesta, además de un busto de madera de Jaume I de 1886, las llaves de la ciudad del siglo XVII o un facsímil del códex de los Furs de Valencia del XIV.

«Como es festivo en toda la Comunitat Valenciana, los coles están preparando actividades para el lunes, y él quería ver el Museo Histórico. Es la primera vez que venimos y me encantan los planos de la Valencia antigua, son una preciosidad», confesaba Amparo Botella, junto a su hijo que cursa 4º de Primaria en Xàbia y se hizo fotos para enseñarlas en clase. Además, eran numerosas las personas que se fotografiaron en el balcón engalanado para la festividad.

Otro de los edificios que podía visitarse ayer era el Palau de la Generalitat. A media mañana, de 200 a 300 personas hacían cola en la calle Cavallers para poder acceder a la sede de Presidencia.

Plaza de la Virgen, el centro

Este año el Palau de la Generalitat se podía visitar de forma libre, y también había un recorrido guiado por la Valencia medieval, cada media hora. En ese paseo, se explicaban las principales características del Palau de la Generalitat y el Palau dels Català de Valeriola -sede de la Vicepresidencia-, además de la Catedral. Los participantes también descubrieron la historia del Tribunal de les Aigües, creado en el siglo X y herencia de la Valencia árabe que aún perdura. Todo en torno a la plaza de la Virgen, punto neurálgico del «centro de poder» del cap i casal, antes y ahora, ya que se encuentran la Catedral, el Palau de la Generalitat, y antes el Ayuntamiento y en las calles aledañas antes vivían los nobles, según afirmó el guía turístico.

«Estamos viendo la parte histórica de Valencia y la explicación está muy bien hecha», opinaba Víctor Cremades. «Considero que deberían hacerse más acciones como esta para descubrir el patrimonio que tenemos, que es mucho pero lo desconocemos, y es una pena», añadía. «¡Si hay datos que me sorprenden a mí, que conozco el tema -Víctor estudia Historia-, imagínate el resto de la gente!». Junto a sus familiares después iba a visitar el Palau de la Generalitat, ya que la sede de la diputación ya la conocieron la semana pasada, cuando también había puertas abiertas. Josefa, natural de Cuenca pero vive en Valencia desde hace muchos años, asistía a la visita, que le pareció «muy interesante».

En la cola para visitar la sede de Presidencia, lugar de trabajo habitual del presidente Ximo Puig, Pedro Noguera, de Pedreguer, esperó una media hora para poder entrar. «Venimos para conocer monumentos a los que normalmente no podemos entrar. Hemos estado en el Ayuntamiento de Valencia, que es impresionante y ahora vamos a ver el Palau. Hay mucho ambiente y la gente está muy animada», aseguraba.

Emilia Romero, de Valencia, decidió salir a pasear «por el buen tiempo», y aprovechó para ir a visitar los Baños del Almirante, el mercado medieval junto a las Torres de Serrans, y el Palau de la Generalitat. «Entré cuando era pequeña con el colegio; solo recuerdo que los techos son magníficos», declaraba.

A la salida de Presidencia, María José Máñez, de Valencia, apuntaba que lo mejor es la Sala del Consell. «Es simbólica y sientes que es donde se toman las decisiones», destacaba. Algunas personas lamentaron no poder estar más rato en el Palau, o que las Corts estuviesen cerradas.