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Entrevista

Íñigo Errejón: "No vamos a permitir que el PP vuelva a la Generalitat"

El número dos de Podemos refrenda el Acord del Botànic, aunque es complicado, sostiene, «apoyar en España a un ejecutivo que va a poner más difícil cumplirlo» - Hoy participa en los actos de apertura de la ´morada´ de Valencia

Íñigo Errejón: "No vamos a permitir que el PP vuelva a la Generalitat"

­Acaba de pasar por el registro del Congreso de los Diputados. El secretario político de Podemos tenía que presentar la queja formal por negarle la palabra a Pablo Iglesias antes de la primera votación de la investidura. Camisa blanca remangada, pantalones chinos azules, gafas de concha y verbo rápido. La cara amable de Podemos, según el imaginario popular a fecha de 2016. También el diputado madrileño que mejor habla catalán y un apasionado de la prosa de Rafael Chirbes y las canciones de Feliu Ventura.

Mónica Oltra dijo hace dos semanas que posiblemente fue un error no apoyar en marzo un gobierno de Pedro Sánchez. ¿Lo comparte?

Fue una pena no llegar a un acuerdo, pero el que nos presentaba Pedro Sánchez era un acuerdo con Ciudadanos, que luego fue corriendo a hacer prácticamente el mismo acuerdo, lo dicen ellos, con el PP. Por tanto, creo que la senda era acercar el PSOE al PP y con C´s de bisagra. Había otra alternativa que no sé si Sánchez intentó o amagó con intentar. Por eso lo mataron. Tenía que ver con nosotros y después con grupos catalanes y vascos. Es cuando dijo aquello de cuando llegue a ese río cruzaré ese puente, y antes de mojarse los pies ya lo habían matado por intentar un acuerdo con nosotros.

Al final se demuestra que Rajoy es presidente por la imposibilidad del resto de pactar, ¿no? Todos han demostrado que tienen líneas rojas (Podemos con C's y viceversa, el PSOE con los independentistas...)

Pero Rajoy va a ser presidente no por sus votos. Rajoy ha necesitado no ya a Ciudadanos, que es ya una formación irrelevante en la política parlamentaria española, sino intervenir el PSOE. Ha hecho falta un golpe palaciego en Ferraz para que Rajoy sea presidente. Fue proclamado el día del golpe contra Sánchez. Por eso decimos que es un gobierno extraordinariamente débil, pese a las bravatas. No es un gobierno de largo recorrido ni mucho menos una coalición para inaugurar una nueva época en España. Es básicamente que los de siempre han comprado tiempo, pero están más débiles. Ayer, PP y PSOE se turnaban para gobernar. Hoy consiguen gobernar si se juntan.

¿Y lo que queda entre Podemos y el PSOE es una disputa por el liderazgo de la oposición, una pelea de perdedores?

No creo que haya un combate por la oposición. Nosotros hemos enarbolado la bandera de la alternativa al PP, pero no se la hemos tenido que robar a nadie, estaba tirada en el suelo. Va a ser difícil que nos convenzan de que uno puede permitir que Montoro repita como ministro de Hacienda y hacerle oposición. Si alguien quiere convencerme de que la mejor forma de hacer frente a Rajoy es hacerle presidente le voy a tener que pedir un esfuerzo más. En todo caso, la confrontación es con el PP y no creo que quien haya visto la investidura tenga duda de qué polos se enfrentan y quién es la oposición.

¿Y lo que tenemos hoy es mejor que unas terceras elecciones?

No. Lo que tenemos es una calamidad de gobierno. Que para la cuestión territorial solo ofrece más de lo mismo; para la económica, más recortes para los de abajo y regalos e impunidad para los de arriba, y que está sentado sobre sumarios de grandes casos, como Taula, Púnica o Gürtel. Un gobierno que nos hace avergorzarnos como españoles.

¿Pero había otras posibilidades reales?

Si solo existieran esas dos opciones no hubiera hecho falta matar a Pedro Sánchez. Creo que lo matan porque había otra, pero esa opción ha tensado mucho las costuras del PSOE, que ha acabado por desgracia quebrándose. Unas terceras elecciones no eran deseables, pero este gobierno es profundamente indeseable.

Me decía el otro día un dirigente socialista que la suerte para ellos es que en Podemos impera la línea del miedo y no la amable que usted propugna. ¿Tenía razón?

Pues le agradezco los consejos, pero creo que no son incompatibles. Puede que a veces inquietemos a los privilegiados, pero no hemos nacido para eso, es un resultado no buscado; lo que queremos es equilibrar la balanza y hacer de España un país más justo. Si por el camino se inquieta alguno€, a lo mejor tiene que pasar. Lo importante es trabajar por generar confianza en muchos otros que hoy pueden estar resignados después de tanta ilusión y ahora ven a Rajoy en la Moncloa.

Volviendo al principio, ¿Oltra es algo más para Podemos que la líder de un partido aliado?

Es la cabeza más visible de Compromís, pero es también una compañera de referencia.

A veces parece que la dirección estatal de Podemos se siente más cerca de ella que de la cúpula valenciana. Quizá porque tiene más visibilidad.

Tiene más visibilidad, sí, y es amiga y compañera, pero los referentes de Podemos en el País Valenciano son Àngela [Ballester], que es la cara más conocida en el Congreso, y Antonio Montiel. En realidad, no hay que elegir. Hemos demostrado que podemos multiplicar yendo juntos en las elecciones.

Los resultados electorales y las encuestas indican un retroceso de Podemos en la C. Valenciana desde las autonómicas de 2015. ¿El apoyo externo al Gobierno de PSPV y Compromís cree que les ha perjudicado?

Hemos aprendido a fiarnos poco de las encuestas. En todo caso, el cambio que ha traído regeneración en las instituciones, empieza a proteger a los más débiles y recupera un cierto orgullo de pertenencia de los valencianos nos deja en general contentos. No sé cuál sería el reparto de apoyos a cada formación, pero en conjunto lo que estamos ayudando a hacer es bueno para los valencianos.

¿Ve a Oltra liderando un proyecto común valenciano?

No lo sé. Eso habría que preguntárselo a ella y a los compañeros valencianos. Afortunadamente, hemos aprendido que en un país plurinacional las decisiones de un territorio es mejor no adoptarlas desde Madrid. Así se acierta más. Así se acertó con És el moment y A la Valenciana.

¿Comparte por tanto la idea de Montiel de avanzar en la federalización de Podemos?

No hay otro camino. Si somos una formación en un país de países, la traslación ha de ser una mayor federalización. Creo que es una tesis relativamente transversal: que las decisiones se tomen en la escala más cercana.

¿Pueden estar tranquilos Ximo Puig y Oltra del apoyo de Podemos?

En mi opinión, el Acord del Botànic tiene un grado de cumplimiento relativamente razonable y por tanto no vamos a permitir en ningún momento que en la Generalitat se den pasos atrás y vuelva el PP. Pero al mismo tiempo decimos que es un poco complicado apoyar en España a un gobierno que va a poner más difícil que se cumpla el Acord del Botànic. Es más difícil exigir una financiación justa si al mismo tiempo se pone a Montoro, que ha permitido que la C. Valenciana sea de las que más paga y menos recibe. Esa contradicción es la que hemos señalado y vamos a estar firmes para que no haya retrocesos.

¿La destitución de la secretaria de organización de Podemos en la C. Valenciana, Sandra Mínguez, ha ayudado a fracturar el partido?

No lo sé. Lo mejor es que las cuestiones organizativas dependan de las direcciones de cada territorio.

¿Se definiría como socialdemócrata?

Me parece que es un término que tiene que ver con categorías del pasado, como el lince ibérico, que lo leíamos en los libros pero casi nadie había visto uno. Creo que la contradicción en España hoy está entre democracia y oligarquía. ¿Manda el pueblo o una pequeña minoría que consigue siempre salirse con la suya, retorcer las leyes y que las instituciones funcionen a su servicio? Creo que en torno a esa diferencia puede haber una mayoría nueva.

¿Salirse de ese carril es lo que provoca la etiqueta de radicales y populistas para ustedes?

Es posible. Creo que tomamos buena nota del 15M y de que estaba señalando que había ideas de sentido común que compartían votantes de diferentes formaciones. Sin pedir el carné, ya hay mucha gente que rechaza los desahucios y que se avergüenza de lo que, presuntamente, hacía Rita Barberá en el Ayuntamiento de Valencia. O de que solo podremos tener pensiones dignas si los salarios de los nietos son dignos. Son cuestiones inasumibles para quienes nos gobiernan, pero que son mayoría en el pueblo. Lo que tenemos es que construir una mayoría de sentido común y transversal para transformar el país. Son cosas que el 15M y la Primavera Valenciana pusieron encima de la mesa.

¿Reconoce al Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) valenciano como uno de los embriones de Podemos?

No. Es un centro en el que hacíamos trabajo fundamentalmente intelectual y en el que nos reuníamos muchos compañeros que hoy están en diferentes experiencias políticas o, la mayoría, en ninguna. Era otro de los embriones intelectuales, como la facultad en la que trabajaba o los debates en La Tuerka. Quizá esa es una diferencia con una parte de las elites de los partidos tradicionales, que es que no leen. Eso marca la diferencia cuando luego uno no es capaz de entender qué está pasando en su país. Me alegro de que diéramos el paso, porque poco después representábamos a un millón de españoles y hoy a cinco. No son suficientes, pero son muchos.

En esa estructura ya coincidió con Montiel, entre otros.

Sí. De ahí le conozco. Ahí coincidí con muchos compañeros pero no solo de Valencia.

¿Cuánto daño de imagen les ha hecho la conexión con el chavismo a través de los contratos de esta organización?

No hay que minusvalorar el efecto de las campañas del miedo. No necesitan ser sofisticadas para triunfar, basta con que se repita el mensaje hasta la eternidad. En un momento en el que quienes nos gobiernan tienen muchas dificultades para convencer y seducir, lo que les queda es intentar asustar. Ante eso nosotros tenemos que trabajar más. Puede que haya ciudadanos que pidan algo más de tiempo, que les demos en nuestro trabajo muestras de solvencia.

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