El subsecretario de Sanidad, Ricardo Campos, mantuvo ayer una reunión abierta con los trabajadores del hospital de Alzira para tranquilizar a los empleados sobre su futuro tras la reversión del departamento a la gestión pública. Según explicó Campos, cuando concluya la concesión en marzo de 2018, el hospital seguirá funcionando «con el mismo personal» en calidad de personal laboral y no se obligará a nadie a pasar por el proceso de concursos oposición que se convocarán para que la plantilla termine siendo funcionaria.

Campos -que aprovechó el encuentro para disculparse con el personal por unas declaraciones en las que les llamaba «tropa»- aseguró que tienen el «máximo interés» en que el proceso se haga «con las máximas garantías jurídicas» para que sirviera de modelo para el resto de reversiones. Por otra parte, el sindicato CSI·F, anunció una serie de paros durante enero.