Una madre lleva a su hijo de seis meses sola, en su vehículo, así que decide ponerlo en el asiento del copiloto, en su sillita de grupo 0 perfectamente sujeta con el cinturón, en el sentido contrario a la marcha y con el airbag desconectado. Así, si el niño llora, ella le puede calmar con tocarle la mano. Si se le ha caído el chupete, se lo pondrá mientras esté parada en un semáforo, sin mayor problema. La mujer cree que cumple la normativa de tráfico al dedillo, pero se equivoca.

Y es que la Dirección General de Tráfico (DGT) modificó el Reglamento General de Circulación en octubre de 2015 e introdujo cambios respecto a las sillitas infantiles para adaptarse a la nueva normativa europea aprobada un año antes y que incluye mejoras en la seguridad. Los cambios ni son pocos ni baladíes, pero, conocedores de una modificación que implica a fabricantes (de sillas y de vehículos), a distribuidores y a consumidores, la DGT mantiene vigente la normativa anterior hasta, al menos, 2018. Es más, desde la DGT afirman que el nuevo reglamento europeo -que se denomina I-Size- «vivirá en paralelo con la actual regulación R44 durante los próximos años».

De entrada, los menores deberán situarse en los asientos traseros. Solo hay tres excepciones previstas por la DGT: «Que el coche no disponga de asientos traseros; que todos los asientos traseros estén ocupados ya por otros menores de las mismas características y que no sea posible instalar en dichos asientos todos los sistemas de retención infantil». Para poder sentarse delante hace falta tener una estatura mayor de 135 centímetros.

Además, la nueva normativa europea introduce varios cambios en la legislación española como, por ejemplo, que la clasificación de las sillitas de seguridad deje de ser por edad o peso para centrarse en la altura del menor. Ahora bien, uno de los principales cambios que afecta al sector es la obligación de incorporar un nuevo sistema de seguridad, denominado Isofix. Este sistema ya se establece en los nuevos vehículos que deben fabricarse con, al menos, dos anclajes para sujetar la sillita del menor (el tercer anclaje es opcional y se encuentra en la parte trasera del asiento). Las sillas que se fijan al asiento con el cinturón de seguridad pasarán a la historia, aunque, de momento, aún se pueden utilizar.

Este sistema de seguridad no es un capricho. Pediatras y fabricantes de dispositivos de retención infantil han manifestado durante años la necesidad de un cambio del sistema más común y extendido porque existía (y existe) déficit de seguridad si el impacto es lateral cuando el asiento no va anclado al coche de forma directa y depende de la colocación de los cinturones de seguridad.

Detrás y a contramarcha

Además, el sistema Isofix permite colocar al bebé de espaldas a la dirección en la que se conduce (a contramarcha), y eso, según los expertos, sí le protege del impacto lateral, que puede ser letal, y mejora la seguridad del menor. De hecho, estudios del Real Automóvil Club de España (RACE) aseguran que colocar la silla en sentido contrario a la marcha es «un 75% más seguro que hacerlo en la misma dirección de la conducción» ya que «de esta manera se consigue que las lesiones producidas en el menor se distribuyan por todo el cuerpo y no se centren en la zona del cuello».

Sin embargo, solo un 10 % de los dispositivos actuales permite colocar la sillita infantil de esta manera, por lo que desde RACE creen necesario «aumentar la producción de sillitas con sistema I-Size aunque de momento no se prohibe ningún tipo de dispositivo homologado existente».

El debate está servido ya que, aunque los estudios recomiendan que los menores vayan en el coche a contramarcha hasta los 4 años, la nueva normativa de la DGT recomienda que así sea, pero solo obliga a los menores de 15 meses a ir de esta forma.

La DGT además, recuerda que no llevar a los niños sentados correctamente en el coche con las sillas homologadas, así como no hacer uso de los cinturones, está considerado como una infracción grave que acarrea una sanción económica de hasta 200 euros y la retirada de tres puntos del carné de conducir.

Aparte de la sanción, los datos no dejan lugar a dudas: en 2014, 2 de los 14 menores de 12 años fallecidos en carretera no llevaban ningún dispositivo de seguridad en el momento del accidente, ni 9 de los 82 heridos grave, ni 107 de los 2.724 heridos leve.