El «café para todos» en el que se ha convertido la política ferroviaria en España, con la construcción de líneas de alta velocidad a todas las capitales de España, ahoga el Ministerio de Fomento, que, falto de recursos, aplaza un año tras otro la inversión en el corredor mediterráneo de la costa sin gastar ni siquiera el dinero que consigna anualmente en sus presupuestos.

Ayer, Juan Roig y Vicente Boluda insistieron ante el ministro Íñigo de la Serna en que no se trata de hacer mayores a unas regiones en detrimento de otras, sino de aplicar criterios de «racionalidad económica» en las inversiones en infraestructuras del Estado y priorizar aquellas que reportan más beneficios al interés general.

La idea no es nueva, aunque se abre paso en el argumentario de la Asociación Valenciana de Empresarios que recurre a ella cada vez con mayor frecuencia ante la percepción de que entre las clases dirigentes de Madrid hay muchos «convencidos» de que regiones como Murcia, Comunitat Valenciana o Cataluña, o provincias como Almería, que ahora mismo lideran la generación del Producto Interior Bruto en España, no necesitan inversiones en infraestructuras.

«No estarán tan mal cuando son los que más crecen» o «hay que hacer infraestructuras donde las necesiten para crecer económicamente» son como un mantra que se repite con frecuencia: una nueva versión del «Levante feliz».

Ya el pasado lunes, el catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona y expresidente del Cercle d'Economia, Antón Costas, gallego de nacimiento, verbalizaba en el encuentro empresarial de Tarragona el «error» de estos planteamientos.

«Es la actividad económica la que exige infraestructuras y no las infraestructuras las que generan actividad económica; es justo al revés», aseguró.

«Desde que tenemos instrumentos para desagregar dónde se general el Producto Interior Bruto de un país sabemos que la economía de un estado, su riqueza, su progreso, se genera en 5 o 6 conurbaciones urbanas, núcleos dinámicos que cuando se mueven son los que lanzan al resto del país», añadió el catedrático, quien sostiene que completar el corredor mediterráneo va «en beneficio de toda la sociedad española».