Apenas unas horas han durado visibles las dos placas de la División Azul repuestas el pasado viernes en un acto organizado por el Ayuntamiento de Alicante en cumplimiento del auto judicial de medidas provisionales que obliga al tripartito a colocar los nombres de las calles y plazas franquistas tras un recurso presentado por el grupo municipal del PP.

En la mañana de ayer, las dos placas situadas en la plaza de la División Azul aparecieron pintadas de color blanco, impidiendo prácticamente su lectura. Una de ellas, la primera que se colocó en un acto en el que se escucharon gritos contra el PP y Franco, es la única en la que se puede leer, aunque con dificultad, el nombre restaurado. La otra está totalmente tapada.

La de División Azul se convirtió ayer el viernes en la primera calle de la ciudad con nombre franquista en ser repuesta del total de 46 que la jueza obliga a cambiar tras el recurso presentado por el grupo municipal del PP por considerar irregular la aplicación que hizo de la Ley de la Memoria Histórica el tripartito de Alicante.

Aunque el equipo de gobierno presentó un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), el viernes comenzó a ejecutarse el auto que obligaba a paralizar cautelarmente el cambio de calles franquistas y a reponer provisionalmente las placas que ya hubiesen sido eliminadas. Tras la renuncia de Guanyar a participar en la reposición de las placas ordenada por la jueza, el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y la concejala de Memoria Histórica, María José Espuch, se hicieron con las riendas del cambio, diseñando un calendario que empezó en la División Azul y que continuará las próximas semanas con calles «significativas» para el tripartido como Clara Zetkin o Miquel Grau, entre otros.

En una providencia de la jueza, coincidiendo con el inicio de la reposición de los distintivos franquistas, los juzgados dan al tripartito un plazo de un mes para reponer todas las placas retiradas antes de multar al Ayuntamiento En el acto del viernes, donde el tripartito sólo estuvo representado con la edil Espuch, se escucharon gritos como «esta placa la vamos a quitar», «dignidad», «fuera, fuera» o «vergüenza».