Bajo mínimos. Nunca la Comunitat Valenciana había estado en un lugar tan bajo en la distribución de inversiones en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). La reducción del capítulo inversor en las cuentas de 2017 se ceba especialmente con los valencianos, que se sitúan a la cola en este apartado con 118,78 euros por habitante. Detrás de ellos no hay ningún ciudadano de otra comunidad. Nadie recibe menos. De poco han servido las reivindicaciones y las denuncias colectivas de agravio ante el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Ni las de los políticos de distinto color ni las de la sociedad civil, encabezadas por las asociaciones de empresarios.

El peor año para las inversiones del Estado en la C. Valenciana fue 2014. Tiempo de recortes a diestro y siniestro en aras a la contención del déficit. Incluso en ese ejercicio las inversiones per cápita fueron ligeramente superiores a las de 2017: 119,9 euros.

La brecha con la media española se agranda asimismo, de acuerdo con el proyecto de presupuestos presentado ayer por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. La diferencia, que estaba en sesenta euros, pasa a 66.

El descenso en la inversión por ciudadano afecta, ciertamente, a todas las autonomías, pero un dato evidencia que es especialmente significativo en el caso valenciano. El territorio que preside actualmente Ximo Puig pasa del puesto 12 (en los presupuestos de 2016) al último de la fila, el 17, un año después.

Esto se explica porque las comunidades que estaban por detrás de la valenciana experimentan descensos mínimos en la inversión per cápita (es lo que sucede en Cataluña y Madrid, que prácticamente mantienen sus cifras) o incluso aumentan. Esto último ocurre con una sola autonomía, Canarias, que pasa de algo más de 124 euros a 128 y evita así el último puesto, que pasa a ocupar la Comunitat Valenciana.

Los presupuestos de 2016 se presentaron en agosto de 2015, en un contexto preelectoral. Puede relacionarse con el hecho de que la inversión por valenciano creciera entonces con respecto al año anterior (20 euros) aún quedando lejos de la media. De la misma manera, los presupuestos ahora entre manos pueden vincularse con la política de alianzas necesarias del Gobierno de Rajoy en el Congreso de los Diputados para sacar adelante las cuentas. El apoyo de los parlamentarios canarios se antoja clave.

La situación de la Comunitat Valenciana se produce a pesar de los acuerdos reiterados de los grupos políticos en las Corts, recogidos en la reforma del Estatut d´Autonomia pendiente de aprobación en el Congreso desde marzo de 2011. Esta modifica la disposición adicional primera de la Carta Magna valenciana para establecer que la inversión del Estado «será equivalente al peso de la población de la Comunitat Valenciana sobre el conjunto del Estado».

La ciudadanía valenciana representa el 10,6 % del total de España. Sin embargo, las inversiones al territorio son el 6,9 % del total. La diferencia es elocuente.