P¿La figura del médico rural está destinada a languidecer como muchos de estos pueblos?
R La realidad es difícil. Hay pueblos que van acabándose pero hay otros que van a seguir así y tendrá que haber compañeros que trabajen en estos pueblos porque tampoco entiendo el que se queden sin su médico de familia. Después de haberlo vivido, sobre todo diría que se les facilite la formación continuada. No dejarlos aislados con lo que saben o dejarlo todo terciado a la voluntad particular de cada uno de formarse. Hay que establecer sistemas para que los médicos rurales se actualicen porque la medicina es actualización continuada.El peligro de estas plazas pequeñas de la medicina rural es hacer lo que sabes hacer, quedarte ahí y de ahí no pasar.
P El premio es a toda una trayectoria. ¿Qué destacaría y qué pediría mejorar tras estos años?
R Destacaría la evolución de la atención sanitaria de cómo estábamos a la formación de equipos, pero veo muy importante que el médico no pierda el contacto con el paciente, que aprenda a escucharlo. Hay términos como el empoderamiento del paciente: debe saber cuál es su patología, cuál el objetivo del tratamiento.
P En el ámbito de la ciudad hay compañeros con un cupo de tarjetas muy alto que quizá tengan más difícil escuchar. ¿Es aún una ventaja de los médicos rurales ese mayor contacto?
R El médico rural puede tener esta ventaja de tener un cupo limitado de pacientes con lo cual te permite tener una demanda mucho más tranquila, poder dedicar más tiempo al paciente. Entiendo que compañeros en grandes centros de salud tienen un problema para escuchar, en mi ámbito todavía puedo dedicar un tiempo a mis pacientes.
P ¿Tiempo igual a confianza?
R Sí, es fundamental. No puedes hacer una consulta corriendo. Imposible que el paciente tenga confianza contigo si te ve estresado y con prisas en la consulta.
