María Sierra asegura que tuvo suerte. La joven valenciana de 27 años vive cerca del estadio Manchester Arena y el martes por la noche se encontraba de regreso a su casa cuando escuchó la explosión que ha causado 22 muertos y decenas de heridos. O fue por azar o fue casualidad, pero María tenía dos opciones para bajarse del tranvía en el que viajaba tras participar en un torneo de tenis: o la última parada, la más próxima al estadio, o la anterior, para dar un paseo. Eligió la segunda opción y ahora se plantea qué hubiera pasado si el atentado le hubiera pillado más cerca. «No quiero ni pensarlo», asegura.

La joven se encontraba paseando camino a su domicilio cuando el suelo tembló bajo sus pies. «El ruido fue tremendo y tembló todo. El temblor fue espectacular y me asusté, la verdad porque no entendía qué podía haber sido. No pensé que fuera un atentado. Vi a la gente salir corriendo, pero fue justo el primer momento. Había muchos jóvenes desorientados. Y también estaban sus padres, esperándoles en los coches fuera, que tampoco sabían qué hacer. No me quedé allí. Me dio un escalofrío, tuve miedo y me fui corriendo a casa», explica la joven.

Las redes sociales y los informativos locales hicieron el resto y en apenas unos minutos María ya sabía que, al lado de su casa, se había producido un atentado. «Las primeras hipótesis apuntaban a la explosión de uno de los globos del estadio. Eso era imposible porque el temblor del suelo no fue normal. Los medios de comunicación confirmaron enseguida el atentado y entonces te invade el miedo porque piensas que podrías haber sido tú. Yo he ido varias veces a conciertos en el Manchester Arena», explica. Por ello, lo primero que hizo fue enviarle un mensaje a su familia. «Sabía que la noticia aún no habría llegado a España así que le mandé un mensaje a mi padre para que supieran que estaba bien».

Ayer por la mañana tanto la calle donde vive María como las inmediaciones del estadio estaban sitiadas. «Las calles están cortadas al tráfico, no se puede pasar y, sinceramente, no se cómo voy a llegar a trabajar», afirmaba la joven.

«El miedo se ve en la cara»

También cerca del lugar en el que se produjeron las explosiones se encontraba Víctor Pons, un joven que lleva viviendo cuatro años y medio en Manchester. «No andaba muy lejos de donde pasó la tragedia. Estaba a unos 500 metros del Manchester Arena cenando con mi chica, pero estamos bien», dijo. «En un principio no notamos nada, pero empezamos a escuchar y ver pasar coches de policía y ambulancias, y ahí nos dimos cuenta de que algo grave había ocurrido», aseguró. Mientras regresaban a su hogar pudieron constatar la gravedad de los hechos. «Yo vivo a 5 minutos del Arena, y de camino a casa nos cruzamos con los fans del concierto y podías ver en sus caras el pánico», dijo.

Respecto a cómo se había despertado la ciudad tras el «mazazo», Víctor explicó que «Manchester suele tener mucho ajetreo y hoy hay poca gente por la calle». «La verdad es que el miedo se puede palpar en las caras de la gente», describió Víctor, que, no obstante, recordó que «el inglés por norma general está orgulloso de serlo y creo que se mantendrán fuertes ante esta desgracia».