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La configuración de la nueva dirección crea tensión en Podemos

La creación del Consejo de Coordinación obliga a Estañ a hacer equilibrios tras varios meses de batalla interna

Tras meses de batalla interna continuada, la primera siguiendo la lógica estatal entre los partidarios de Pablo Iglesias y los de Íñigo Errejón y la segunda en el proceso de elección del nuevo líder valenciano, Podemos busca una etapa de paz. Antonio Estañ (que esta semana se ha visto con Pablo Iglesias) ha puesto en marcha una revolución aparentemente tranquila, pero los frentes internos se le agolpan. La configuración del Consejo de Coordinación, la dirección reducida que formarán 16 personas no está exenta de dificultad. Estañ está obligado por estatutos a integrar a las candidaturas perdedoras, lo que obliga a un complicado juego de equilibrios que no está siendo sencillo. Estañ ya ha propuesto su nueva dirección, que no acaba de gustar a todos; le ha ofrecido a Daniel Geffner el área de Organización, pero el diputado anticapitalista prefiere seguir centrado en temas de Sanidad o una macroárea que incluiría todas las políticas públicas. También Pilar Lima, la candidata más afín a Iglesias, tendrá un papel relevante. La ejecutiva tendrá dos portavocías, ya que Estañ quiere diferentes voces en las plataformas mediáticas. Una sería Sandra Mínguez en caso de que no se convirtiera en síndica, lo que no está descartado, aunque la diputada tiene dudas. El partido tendrá cuatro portavoces, dos de la ejecutiva, el secretario general y el síndic. Dos hombres y dos mujeres. Estañ también tiene pendiente negociar con el Consell la auditoría ciudadana del Botànic o el desbloqueo del Jurídic Consultiu.

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