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Entrevista

Joan Llinares: "La UE exigió agencias antifraude hace 20 años pero nadie hizo caso"

«La corrupción ha sido sistemática y ha alcanzado a la estructura del Estado; está en el paisaje desde hace muchos años, pero cuando se pudo encapsular con los casos Naseiro y Blasco a principios de los 90 el Supremo cambió su doctrina y dejó una sensación de impunidad»

Joan Llinares: "La UE exigió agencias antifraude hace 20 años pero nadie hizo caso"

¿Llega tarde la agencia, visto lo que ha pasado en la Comunitat Valenciana estos años?

Ya no por lo que ha pasado sino porque la UE en 1999 ya ordenó a los países miembros crear órganos especializados en la lucha contra la corrupción. La UE creó ese año su oficina contra el fraude. Pero los valencianos la aprobamos en 2016, casi veinte años tarde.

¿Aquí nadie hizo caso, nadie se tomó en serio esa exigencia?

Aquí la corrupción ha formado parte del paisaje muchos años. Lo que ha pasado lo sabía muchísima gente. Que los contratos con las administraciones no seguían los procedimientos, el urbanismo, cómo se hacían los PAI en muchos municipios...

Mucha gente que tenía la responsabilidad de vigilar debió mirar para otro lado. ¿No?

Si no se frenó fue porque los sistemas de control clásicos no funcionaron como debían.

¿Con una agencia antifraude no hubiera pasado?

La mera existencia de la agencia ya denota una toma de conciencia de que hay que luchar contra el fraude y la corrupción. Algo se hubiera podido impedir o focalizar muchos de los casos que ahora están en los tribunales, aunque no todos. La corrupción viene de lejos. El urbanismo durante el boom inmobiliario fue el gran foco de corrupción que pervertía buena parte del funcionamiento de las administraciones. En 1989 ya se da el caso Calpe, lo que se llamó el caso Blasco 1. La corrupción ya estaba dentro de la conselleria de Infraestructuras. El conseller se salvó por un cambio en la jurisprudencia del Supremo hecho para los casos Naseiro y Blasco. Esos casos ya condensaban hace 30 años los fundamentos de la corrupción: urbanismo y contratación pública. Hubo momentos en que esa corrupción se pudo encapsular. Pero no se hizo. Al contrario, el Supremo cambió alegremente su doctrina para liberar a estos cargos políticos y dejó esa sensación de que hay impunidad y desde ahí hemos llegado a donde hemos llegado.

¿Por qué fallaron tanto los controles?

No es necesario que yo diga que no han funcionado los controles. Es la realidad, lo hemos visto. En el caso Cooperación, que está juzgado y sentenciado, excepto un reducido núcleo de funcionarias que se opuso a aquellas prácticas y fueron apartadas todo lo demás tuvo el visto bueno de la Administración porque los corruptos se llevaron el dinero, llegaron a cobrar y los invirtieron en sus negocios. También han ocurrido dos cosas simultáneas: que los corruptos han ido perfeccionando sus sistemas de fraude mientras los controles se quedan en metodologías meramente formalistas. Ahora lo que la agencia contempla es cooperar con los controles ordinarios para completar un potente sistema de integridad institucional.

¿Ha habido o hay más corrupción en la Comunitat valenciana que en otros territorios?

Creo que no. Si te vas a Madrid creo que nos gana en densidad y número. Si te vas a Cataluña pues desde que Maragall dijo hace ya tantos años aquello del 3% no deja de salir 3% por ayuntamientos, diputaciones y numerosas administraciones. En València ha sido la concentración en el tiempo y el espacio de muchos casos cuando en otros territorios ha sido un goteo. En nuestro caso tan vez han sido más osados, más descarados. Un señor Camps aún presumiendo, un Carlos Fabra... pero está Matas en Baleares, Andalucía... Si miras los territorios no nos diferenciamos del resto. La corrupción ha sido sistemática y ha alcanzado la estructura del Estado.

El caso Palau, el caso Ivam, su propia trayectoria profesional. ¿Se considera un referente contra la corrupción?

No. Hay mucha gente que está luchando contra la corrupción. La creación de las fiscalías contra la corrupción fue un gran avance. Pero en el ámbito de la Administración y por mi trayectoria profesional de 35 años haberme encontrado estos dos casos tampoco es tan extraordinario. Yo me considero en todo caso un profesional que tanto en el Palau de la Música de Barcelona como en el IVAM las administraciones me pidieron que me hiciera cargo cuando estalló. En un caso y en el otro lo que hicimos fue ordenar las cosas, pero en ambos habían elementos que saltaban la irregularidad administrativa para entrar en el ilícito penal.

¿La agencia ya no podrá mirar hacia atrás, solo velar para que no ocurra de nuevo?

La agencia tratará aquellas cuestiones de las que tenga información o noticia (ya ha recibido al menos dos denuncias pese a que no contará con personal hasta el mes de septiembre). Pueden ser cuestiones de hace un día o un año, pero mientras administrativamente no estén prescritas las actuaciones, si nos llegan informaciones de actuaciones presuntamente corruptas o fraudulentas la agencia tiene obligación de actuar.

El PP mantiene que la agencia era innecesaria e incluso esparció dudas de inconstitucionalidad. ¿Qué le parece?

La agencia tiene una cobertura estatutaria, la que permite al Consell crear tantas entidades como considere y después la resolución de la UE de crear órganos dentro de la Administración para luchar contra la corrupción y eso reforzado por la convención de la ONU de 2003. Pero en los debates políticos es normal que cada organización diga lo que considere, que nunca es lo mismo en la oposición o en el gobierno. Pero yo soy respetuoso con lo que digan los partidos.

¿Es necesaria una conselleria de Transparencia?

Todas las administraciones tienen que tener órganos especializados en transparencia. Yo mismo vengo de la oficina del Ayuntamiento de Barcelona que unía la transparencia y las buenas prácticas dentro de la propia administración.

¿Funcionan los portales de Transparencia? ¿Es útil que el Consell publique sus movimientos bancarios con tan gran cantidad de datos?

Tú lo has dicho. Es útil mientras el ciudadano pueda navegar y tener acceso a la información. Lo importante es que el ciudadano pueda saber en qué se gasta el dinero pero volcar la información sin ordenar no ayuda.

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