El presidente provincial de Cruz Roja en València, Rafel Gandía, reclamó ayer la creación de una normativa que obligue a los ayuntamientos a mantener en sus playas unas medidas de seguridad «homogéneas» e independientes de los presupuestos de cada ayuntamiento.

Cruz Roja vigila medio centenar de playas en la Comunitat Valenciana, pero esta tiene muchas más que son vigiladas por servicios municipales o de otras empresas que optan a concursos de los ayuntamientos o a través de convenios o conciertos.

«En los últimos años, la crisis ha llevado a los ayuntamientos a primar las cuestiones económicas a la hora de adjudicar los servicios de vigilancia de sus playas, lo que supone un peligro porque se puede hacer más barato y peor», ha indicado el presidente.

Según Rafael Gandía, en ocasiones, Cruz Roja tiene que renunciar a presentarse a algunos concursos porque los precios que ponen los ayuntamientos «muchas veces obligan a hacer recortes en la prestación del servicio que no podemos hacer, ya que afectan a la seguridad y no se puede garantizar la calidad del servicio».

Según la organización, durante este verano, en horario de vigilancia, han fallecido tres personas ahogadas, una en la playa de Santa Pola y las otras dos en la de Guardamar del Segura, ambas en la provincia de Alicante.

La Federación Española de Salvamento y Socorrismo informó el pasado 1 de septiembre de que en la Comunitat Valenciana se habían producido un total de 55 ahogamientos en espacios acuáticos en los ocho primeros meses de este año, la mayoría en playas o espacios sin vigilancia. Son 20 fallecimientos más que en el mismo periodo de 2016, lo que supone un incremento del 57 %.

En el caso de la provincia de València, solo se ha producido un ahogado fuera del horario de vigilancia de Cruz Roja, un joven de 15 años que falleció en la playa valenciana de la Malva-rosa, tal como informó Levante-EMV el 19 de agosto.

Gandía ha explicado que este año se han producido más ahogamientos porque el tiempo no ha acompañado, ha habido más días con banderas amarillas y ha sido mayor la afluencia de personas a las playas debido al aumento de las temperaturas.

En total se han realizado 28.928 asistencias, 5.619 de ellas por contacto con medusas, han sido rescatados 511 bañistas, se ha ayudado a 5.813 personas con discapacidad, se han producido 262 evacuaciones con ambulancia, y se ha atendido a 410 menores extraviados.