Los tres partidos firmantes del Pacte del Botànic -PSPV, Compromís y Podemos- y el conseller de Educación, Vicent Marzà, presentaron ayer a los representantes de la comunidad educativa el proyecto de Ley de Plurilingüismo avanzado en exclusiva por Levante-EMV. El nuevo plurilingüismo, que derogará el decreto del Consell del pasado enero que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunitat Valenciana tiene suspendido cautelarmente, no contempla el polémico «caramelo» del inglés. Es decir, que ya no se vincula el aumento de las clases en el idioma extranjero con la mayor presencia del valenciano en las aulas, algo que los magistrados consideran «anticonstitucional» porque perjudica a las familias que eligen enseñanza en castellano para sus hijos.

No obstante la discriminación positiva hacia la lengua autóctona no desaparece. El borrador de 26 páginas consensuado por el tripartito y la Conselleria de Educación garantiza profesorado adicional de apoyo y la promoción de actividades extraescolares y complementarias de comunicación oral para los colegios e institutos que impartan la mitad de sus clases en valenciano y el 25 % en inglés. Además también tendrán planes específicos de formación del profesorado en metodologías de Tratamiento Integral de Lengua y Contenidos (TIL) y materiales curriculares.

La novedad respecto al anterior decreto es que estas cuatro medidas de refuerzo del inglés y el valenciano también llegarán a las comarcas castellanohablantes del interior de Castelló, València y del sur de Alicante donde han visto el fomento de la lengua cooficial como una imposición.

Reuniones con alcaldes

Marzà explica que se ha reunido con varias decenas de alcaldes de estos municipios para llegar a un acuerdo sobre cómo sacar adelante el objetivo del Consell del Botànic de que todos los niños y niñas al acabar la enseñanza obligatoria dominen las dos lenguas oficiales de la Comunitat y sean competentes en inglés.

Para el conseller derogar el decreto de enero, que cerrará los 11 procesos judiciales abiertos en el TSJ contra esta norma y calmará los ánimos en la comunidad educativa, no es retroceder: «estamos dando un paso adelante con esta ley, siempre he dicho que el objetivo de que los alumnos dominen tres lenguas es irrenunciable, el instrumento para conseguirlo no».

Marzà aspira con este nuevo plurilingüismo «potenciar y promover que el máximo número de centros» apuesten porque sus alumnos dominen el castellano, el valenciano e inglés. Por este motivo la ley subraya que los centros «prioritarios» para beneficiarse de las cuatro medidas de apoyo no serán sólo los que apuesten por llevar el valenciano al máximo del 50 % del tiempo lectivo y el inglés al tope del 25 %, sino también aquellos que «escolaricen alumnado mayoritariamente no valencianohablante», así como escolares en riesgo de exclusión o un número elevado de alumnado inmigrante. «Es decir que el alumnado que más lo necesitan, tengan más ayudas», recalca.

La ley establece en todo el territorio de la Comunitat una única linea de enseñanza donde al menos el 25 % de las clases se deben impartir en castellano, otro mínimo del 25 % en valenciano y una franja que va del 15 % al 25% en inglés.

Exención en 165 municipios

Esto no supone acabar con la exención del valenciano en los 165 municipios de predominio lingüístico castellano (84 de València, 51 de Castelló y 30 de Alicante) que fijó la Llei d’Ús i Ensenyament del Valencià (LUEV) en 1983. El conseller deja claro que los padres de estos municipios podrán seguir solicitando que sus hijos no estudien en valenciano: «Un niño no aprenderá una lengua si su familia no quiere».

No obstante, Marzà relativiza el impacto de la exención del valenciano en las zonas castellanohablantes: «la solicitud de no estudiar valenciano en Primaria es mínima, pues en la Vega Baja solo la han pedido 300 escolares, el problema llega en Bachillerato porque muchos la reclaman para que no les baje la nota media de la selectividad».