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Regulación

La ley que prohíbe circos con animales tardará seis meses como mínimo

Gabriel Doménech, abogado especialista en bienestar animal, critica la "ambigüedad" de la norma actual, que no permite prohibir esos espectáculos

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Un circo con animales en Alfafar, el único en la Comunitat

Más de un año ha pasado desde que la Conselleria de Medio Ambiente anunció la modificación de la ley de animales de compañía donde se prohíbe la instalación en cualquier localidad de la Comunitat Valenciana de espectáculos que usen, como objeto de entretenimiento, a animales salvajes. Y aún pasarán al menos seis meses, en el mejor escenario, antes de que esa norma, que verá la luz como la Ley de Bienestar Animal, cumpla todos los trámites parlamentarios para poder ser aplicada.

Así las cosas, el único marco legal que podría frenar la instalación de circos como el que actuará a partir del 25 de noviembre en Alfafar, tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV, son las ordenanzas municipales. Pero, apenas hay ayuntamientos que hayan regulado esta situación, convencidos de que el Consell se ocuparía, como anunció la vicepresidenta Mónica Oltra en septiembre del año pasado.

Hay quien esgrime que la ley de espectáculos podría funcionar como herramienta de prohibición ante circos con animales vivos. Sin embargo, todos los juristas consultados por este diario coinciden: su ambigüedad y su falta de concreción son una vía de escape para estos casos.

Ese artículo, el 3.3, fue precisamente el que trató de utilizar el Ayuntamiento de Alfafar, pero, ante el vacío legal, «no tuvo más remedio» que tramitar el permiso al francés Circo Ringland que se anuncia con tigres reales de Bengala, cocodrilos y serpientes del Nilo, entre otros animales salvajes, tras contar con todos los papeles en regla.

La norma dice que «quedan prohibidos los espectáculos y actividades recreativas que impliquen crueldad o maltrato para los animales, puedan ocasionarles sufrimiento o hacerles objeto de tratamientos antinaturales». Sin embargo, el propio Seprona certificó que los animales «se encuentran en buen estado» y Alfafar hubo de admitir que el circo «está dentro del marco legal» ya que no hay «tratamiento antinatural».

Sin embargo, Rafael Pla, miembro de la Asociación Valenciana de Circos, denuncia: «¿Qué mayor sufrimiento hay que encerrar en una jaula a un felino que cuenta con una fisonomía que le obligaría a correr más de 50 kilómetros diarios?».

En la misma línea, el doctor en Derecho por la Universitat de València (UV) Gabriel Doménech Pascual se pregunta: «¿Dónde está marcado en la ley cuáles son los límites de lo antinatural?». Y defiende que «si de verdad quieren prohibir los animales en los circos, que lo hagan de verdad y se dejen de leyes ambiguas que pueden tener múltiples interpretaciones a favor de quien la lea».

«El artículo no prohíbe estrictamente el uso de animales en espectáculos circenses», denuncia Gabriel, quien ha publicado decenas de trabajos sobre la regulación de bienestar animal. De esta forma, el doctor defiende la necesidad de crear una ley como la que la Generalitat de Catalunya aprobó en julio de 2015, en la que se apela a la prohibición «expresa» de los circos que hagan uso de animales salvajes en la actividad recreativa. Exactamente la ley que prometió Mónica Oltra.

Defensa del bienestar animal

Mientras tanto, la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, sigue avanzando en la creación de la Ley de Bienestar Animal, que se encuentra en este momento en manos de la Abogacía de la Generalitat Valenciana para que emita un dictamen sobre su viabilidad jurídica.

En este borrador sí se establece la prohibición «del uso de animales en peleas y la tenencia con ese fin y en espectáculos u otras actividades si les pueden ocasionar sufrimiento o pueden ser objeto de burlas o tratamientos antinaturales, o bien si pueden herir la sensibilidad de las personas que los contemplan, tales como peleas de perros, peleas de gallos, matanzas públicas de animales, atracciones feriales giratorias con animales vivos atados del tipo carruseles feriales y los espectáculos circenses con animales pertenecientes a la fauna salvaje».

Sin embargo, según Doménech, para que este anteproyecto de ley entre en vigor harían falta un mínimo de seis meses: «Aún debe ser aprobada por la Abogacía, pasar por la fase de audiencia pública, el Consell, el Jurídic y las Corts», donde 34 leyes esperan, por delante de esta, su aprobación, tal como publicó recientemente este periódico. Con mucha suerte y voluntad política, la ley podría ser una realidad, pero para frenar los espectáculos circenses con animales de las Navidades del año próximo, como pronto.

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