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El número de inmigrantes que llegan en patera se multiplica por cuatro en un año

Las costas valencianas han recibido en 2017 casi siete veces más pateras, casi todas de agosto a noviembre

El número de inmigrantes que llegan en patera se multiplica por cuatro en un año

Las costas valencianas se reafirman como el último de los objetivos de las mafias que se ocultan detrás de la inmigración irregular por vía marítima. Las cifras lo dejan claro. En lo que va de año, el número de pateras, ocupadas o vacías, que han llegado a playas de la Comunitat Valenciana, se ha multiplicado casi por siete. Y el número de personas rescatadas es cuatro veces mayor.

La mayor parte de esas embarcaciones han arribado entre julio y octubre. Sin embargo, ayer se producía una nueva llegada, esta vez a las costas de Torrevieja, de dos pateras con 21 personas a bordo a pesar de la bajada de las temperaturas, condición que la Guardia Civil esperaba que frenase las oleadas de inmigración irregular por vía marítima.

Según cifras facilitadas por la Delegación del Gobierno, hasta finales de octubre habían sido detectadas 44 embarcaciones en las costas alicantinas, 11 de ellas vacías. La Guardia Civil detuvo a 307 personas, en su mayoría, hombres adultos, aunque ocasionalmente también han llegado a bordo de esas barcas menores y alguna mujer. La cifra se eleva a 391 si la fuente es Cruz Roja, lo que se debe a que a sus instalaciones llegan algunos de esos inmigrantes que han logrado no ser arrestados en la patera o en la playa, instantes después de su llegada.

Si sumamos las dos pateras de ayer, son 46 embarcaciones y 412 personas arrestadas.

El año anterior, esas cifras eran de 99 inmigrantes irregulares que llegaron a bordo de siete pateras. La diferencia es abrumadora y ha hecho saltar todas las alarmas.

En busca de barcos nodriza

La Guardia Civil y Salvamento Marítimo están convencidos de que muchas de las embarcaciones que llegan hasta las costas valencianas no han recorrido el mar desde Marruecos hasta aquí, sino que son botadas desde barcos nodriza que se quedan a varias millas de la línea de tierra para no ser detectadas por el sistema integrado de vigilancia exterior (SIVE).

Uno de los hechos que refuerza esa hipótesis es que buena parte de los inmigrantes detectados en alta mar están secos y en perfecto estado de salud, algo que no se da cuando el viaje parte desde Marruecos. Sobre todo, porque estamos hablando de barcas de apenas cinco metros de eslora, mucas de ellas de fibra, pero también las hay de madera, por lo que los embates del oleaje debería hacer mella en los viajeros.

Las fuentes consultadas no aciertan a explicar el repentino aumento de las pateras en la Comunitat Valenciana, una costa demasiado alejada de las de origen, por lo que hasta ahora apenas llegaban inmigrantes por esta vía a territorio valenciano.

Una de las principales consecuencias de la oleada habida este año en el sur y el Este de España -en Andalucía, el crecimiento ha sido aún mayor- es la saturación de los centros de internamiento de extranjeros (CIE), lo que obliga a dejar en libertad a los recién llegados, una vez que reciben la atención necesaria por parte de la Cruz Roja.

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