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Recuperación de especies

Torres eléctricas, trampas mortales para las rapaces

Nueve águilas perdiceras de las 25 parejas que hay en Castelló han muerto electrocutadas en los dos últimos años - Iberdrola anuncia acciones en 2018

Torres eléctricas, trampas mortales para las rapaces

Las aves, sobre todo las rapaces, los ven como un apacible lugar para descansar. O como un sitio para posarse mientras otean el horizonte en busca de alguna presa. Sin embargo, se han convertido en temibles trampas que no han sido colocadas precisamente por cazadores. Se trata de los tendidos eléctricos que, año tras año, acaban con la vida de centenares de estos animales que perecen electrocutados. Entre ellos se encuentra el águila perdicera, una especie considerada en peligro de extinción por el Libro Rojo de las aves de España y que cuenta con varias iniciativas por parte de la Generalitat Valenciana para protegerla, pero cuya recuperación sigue sin afianzarse.

Según denuncian organizaciones ecologistas como el Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (Gecen), el Grup d'Estudi i protecció dels Rapinyaires-Ecologistes en Acció (GER-EA) o SEO Birdlife, ni la administración ni las empresas propietarias de las instalaciones eléctricas ponen los medios necesarios para evitar esta situación. Y eso pese a que el Gobierno aprobó un Real Decreto en 2008 por el que obligaba a adaptar las líneas de alta tensión para la protección de la avifauna, critican. "Que se mantengan esos tendidos es incompatible con la recuperación de especies como el águila perdicera en nuestro territorio", lamenta Paco González, portavoz de Gecen.

Las cifras hablan por sí mismas. Según los datos de la propia Conselleria de Medio Ambiente, en el período entre 2006 y 2016 murieron en la Comunitat Valenciana 2.394 aves electrocutadas, de las que 2.038 eran rapaces. Un dato más: la población estimada de águilas perdiceras en Castelló es de 25 parejas y tan solo en los dos últimos años han muerto en tendidos eléctricos nueve ejemplares, según revela Mario Jiménez, delegado territorial de SEO Birdlife, que recuerda que los estudios de seguimiento de estas aves son vitales para conocer estos datos.

Una solución "sin mucho coste"

Los responsables de las organizaciones ecologistas insisten en que, además, la solución a este problema no tiene un coste excesivo. No todas las torres de tendido eléctrico son peligrosas para las aves, solo hay ciertos diseños viejos que resultan letales, según explica Jiménez. "Solo hay que corregir los apoyos de esas torres para que las aves no puedan tocar los dos cables a la vez y se electrocuten", advierte Jiménez, que explica que dicho proceso puede tener un coste de entre 1.000 y 2.000 euros por torre conflictiva.

Mientras se espera a que la administración o los propietarios de las instalaciones eléctricas tomen medidas efectivas, los propios ecologistas advierten de que la conselleria ya ha identificado las áreas más peligrosas, pero no cuáles son las torres en concreto.

Por su parte, fuentes de una de las empresas eléctricas, Iberdrola, ante estas peticiones, aseguró que está "en contacto continuo con el departamento de Medio Natural de la Conselleria de Medio Ambiente para realizar una serie de actuaciones en 2018".

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