Canal 9 tocó fondo en julio de 2012, cuatro meses antes de su cierre. Ese verano, la audiencia de la televisión pública valenciana ya en su etapa post-ERE ni siquiera llegaba al 5 % de la cuota de pantalla. En veinte años, su audiencia había bajado del 22,5 % al 4,2 %. Es decir, cinco veces menos telespectadores que en 1992. Aunque los nuevos gestores de la flamante televisión valenciana no quieren «obsesionarse» con la audiencia, como explicó la propia directora general Empar Marco en las Corts cuando fue elegida, lo cierto es que van a hacer todo lo posible por esquivar esas catastróficas cifras de impacto en la ciudadanía. Para que el reto de que los valencianos resintonicen con sus medios públicos no se convierta en una carrera de obstáculos, han inyectado, de momento, 24 millones de euros en la compra de contenidos para À Punt.
El olvido es el principal, aunque no el único, de esos obstáculos. Cuatro largos años han pasado desde que Canal 9 se fundió en negro. Hay quien todavía guarda el «9» en su mando a distancia esperando su regreso, pero en la mayoría de hogares el hueco fue desterrado. A ello se une el cambio total de escenario en las maneras de consumo de entretenimiento e información. No solo hay que competir con las decenas de canales del TDT especializados (los hay desde los que se dedican exclusivamente a documentales hasta los que cuentan con un sinfín de 'realities' sobre cómo reformar una cocina), sino con Internet y sus plataformas de contenidos a la carta y de pago como Netflix o HBO. Por eso, À Punt ha nacido desde el inicio con vocación transmedia, para llegar a los valencianos no solo a través de la tele, sino de las múltiples ventanas posibles.
Y entre los contenidos que de momento hay contratados (y suman 15, 2 millones) hay tanto ficción como documentales, animación o programas. El coste de los proyectos aprobados pero que todavía están pendientes de la última firma asciende a 8,3 millones, lo que arroja una cifra final de casi 24 millones de euros, aunque los cálculos de los órganos gestores de À Punt es que se llegue a una inversión de 35 millones de euros.
El apartado que más se lleva es el de ficción. Las dos miniseries y las tres series llegan a los 5,1 millones. Se trata de cuatro capítulos de Parany, creado por Rodolf Sirera, y seis episodios de Acció, de Joan Alamar, quien estuvo detrás de una de las webseries valencianas más reseñadas, como es Cabanyal Z. Las tres series firmadas son La forastera (ocho capítulos), Tramuntana (trece capítulos), y Desenterrats (trece capítulos). De momento está paralizada Jaume I, una serie histórica en búsqueda de coproducción por sus elevados costes (fue aprobada por el Alto Consejo Consultivo con un presupuesto de 1,8 millones).
En el campo de las sitcom se han destinado de momento 1,3 millones, que irán para desarrollar las producciones Diumenge Paella, de trece capítulos y orientada a narrar historias alrededor de la liturgia que supone para los valencianos quedar los domingos con familiares y amigos para disfrutar del plato típico; Les noves històries medievals (de Pot de Plom, productora del humorista Xavi Castillo, que visitará las diferentes rondalles de Enric Valor; y Destarifo!, una comedia de la compañía de Carles Albero, Albena Teatre, con la que hay firmada trece capítulos.
Aunque la partida es menor respecto a la ficción, también se ha invertido en hasta 18 documentales, únicos y series. Los valencianos podrán conocer en detalle las vidas de personajes ilustres (eso sí, en su mayoría hombres) tales como Buñuel, Lorca, Dalí, Rodolfo llopis, Andreu Alfaro, Enrique Rambal, Josep Renau, Ignacio Pinazo o Amado Granell, el miliciano valenciano que lideró las primeras tropas aliadas que entraron en la París ocupada por los nazis.
En cuanto a las series documentales, se trata de Civil 80, Terres de cinema, Valentes dones, Ciutats desaparegudes, Filmoretrats, L'avenir és ara y L'estrategia del silenci, dedicada al accidente de metro de València del tres de julio de 2006 que dejó 43 muertos, un siniestro que en la anterior Canal 9 contó con escasa cobertura.
Dos millones para animación
Otro de los campos que más inversión se lleva es el de animación (hacen falta muchas manos para sacar adelante una de estas producciones), con un total de 2.029.500 euros para series y cortos. Somiant amb valentina, El món de Pau, Júlia i Gilbert, Rock Phone, Nena del espacio, Catacrick catacrack, Diari de Bita i Cora y The time Lullaby son las creaciones firmadas hasta ahora.
Finalmente, en el apartado de lo elegido por el Alto Consejo Consultivo, se añaden 189.350 euros para compra de derechos de antena de producción ajena. Se trata de largos de ficción, series, documentales y cortos de animación.
Entre los programas de entretenimiento elegidos por el departamento de contenidos de À Punt figuran 18 proyectos por valor de 3,6 millones de euros, sin contar los 8,3 millones a los que les falta la firma. El equipo de Marco ha seleccionado, entre otros (como se observa en el gráfico que acompaña estas líneas), L'estudi, de Famazing Entertainment, La família es fer-se, de Gaia Audiovisuals, Mestres i aprenents, de Odessa Films, Qui és qui, de Naumaquía, Una habitació pròpia (que ya cuenta con su versión en radio), El xef a casa, de Bon dia comunicació, o Contanúvols, de TVOn Producciones y dedicado al público infantil.
La dirección de Marco está perfilando, según la información a la que ha tenido acceso este periódico, la firma del magacín matinal, por 1,2 millones de euros, producido por Mecomlys, Lavinia y Factoria, el magacín de tarde, por 1,3 millones de euros, producido por Mediterráneo Media y Secuoya, el concurso Atrapa'm si pots, de 409.000 euros y de Demesura Films y VITV, además de los programas de deportes por 2,7 millones (más caros por los derechos de deportes, sobre todo el fútbol).
Además habrá un concurso juvenil, el Rosquilletres, de Infotelevisió, que ya se está emitiendo en la radio y que costará 513.000 euros, así como Comediants, una Stand Up Comedy realizada por guionistas y monologuistas valencianos de 291.000 euros, producida por VIVT. Tampoco faltarán los Talent Show (Family Duo), de 1,4 millones, de Freemantle Media y Lapònia TV, y un programa infantil llamado El Xou de les feretes, de la productora Cercavila Cooperativa, de 548.000 euros.
