Los contratiempos se le siguen acumulando a la central nucelar de Cofrentes. Ahora la instalación ha anunciado que mañana hará una nueva parada. Y ya van tres en apenas mes y medio en lo que llevamos de 2018.
En este caso, según indicó la propia central, se tratará de un paro programado para realizar «labores preventivas de mantenimiento (renovación de las juntas de sellado) en varios accionadores hidráulicos de las barras de control». Estas tareas vienen a colación de la pequeña fuga que se produjo a principios de enero a través de esos mecanismos, que obligaron entonces a parar la actividad de la central cuando apenas llevaba un mes en marcha tras permanecer sin funcionamiento durante 75 días. Y todo esto ocurre a tan solo tres años de que expire su licencia de explotación por parte de Iberdrola: el 11 de marzo de 2021.
Cuando se produjo esta fuga, los responsables de la central informaron al Consejo de Seguridad Nacional (CSN) de la parada pertinente con las 48 horas de antelación necesarias para que figurara como cese «programado». Desde el sábado 6 de enero hasta el día 13, la central se mantuvo sin funcionamiento para que se reajustaran las tuercas de este sistema hidráulico de accionamiento de las barras de control.
Ahora, la instalación cofrentina ha anunciado para mañana domingo 18 de febrero una nueva parada «programada y complementaria» a aquella que se ralizó el 6 de enero. En esta ocasión, según informó la propia planta, se renovarán las juntas de sellado de varios de estos accionadores. La central explicó a través de un comunicado que estos dispositivos «están ubicados en una zona no accesible con la planta en funcionamiento», por lo que es necesario detener su actividad. No obstante, las mismas fuentes aseguraron que «las juntas de sellado no tienen función de seguridad en este sistema, por lo que en todo momento está garantizada y comprobada operativamente la capacidad de inserción y extracción de los accionadores hidráulicos de las barras de control».
Estos dispositivos suponen un elemento clave para la seguridad de la planta ya que funcionan como si fueran los «frenos» del reactor nuclear, pues son los encargados de impulsar las barras de control para detener la reacción nuclear ante cualquier tipo de emergencia.
En un principio, estas tareas, según la información de la central, deberían durar alrededor de una semana, tras lo que volvería a arrancar y a ser conectada a la red eléctrica nacional.
Sustituidos en 2005
Ecologistes en Acció -integrada en la Plataforma Tanquem Cofrents- denunció ayer que la planta cofrentina ya sufrió distintos problemas en la pasada década por culpa de estos accionadores. De hecho, según añadieron, fueron sustituidos por un modelo «supuestamente más avanzado» en 2005 «para evitar estas fugas». Sin embargo, ahora, en 2018, vuelven a fallar. Por ello, Ecologistes en Acció reclamó que «la central debería pararse hasta que se resuelva definitivamente este problema y no ponerla en marcha sin haber realizado las comprobaciones necesarias». Es más, argumentan que éste es un motivo más para que no se renueve su permiso de explotación.
