Los incendios forestales tuvieron un coste directo para las arcas de la Generalitat Valenciana de 320,3 millones de euros en el periodo 2011-2015 mientras que el gasto en prevención se mantiene actualmente en apenas un 39,54 % de la inversión necesaria, un desfase basado en los criterios de la propia Generalitat.
La Sindicatura de Comptes ha elaborado una «auditoría operativa» de los servicios de extinción de incendios en la que disecciona el importe y los orígenes de las ayudas que financian el servicio, al tiempo que desvela sus carencias, ausencia de controles, sobrecostes, e incluso la falta de transparencia en algunos contratos.
En un extenso y detallado informe, la Sindicatura cifra el coste directo de la extinción en 320,3 millones de euros. La cifra no incluye el gasto de los consorcios de bomberos, por no aparecer desglosado en sus balances, las pérdidas económicas sufridas en su propiedad por los particulares o el valor ambiental y paisajístico de lo quemado. En este sentido, la Sindicatura admite que los costes indirectos «no han podido ser estimados».
El síndico evidencia también que en el mismo periodo, la Generalitat tuvo que gastar 125,5 millones (un 36 %) que inicialmente no había presupuestado en el área de incendios mientras que el coste de mantener los servicios de extinción de incendios en los consorcios de bomberos de las tres provincias y los parques de las capitales de provincia fue de 685,7 millones, de los que 50,8 no se llegaron a gastar.
Sin inversión preventiva
La «sangría» económica que provocan los incendios contrasta con el déficit de la inversión preventiva. En 2015, destaca la Sindicatura, se invirtieron solo 16,1 millones de euros en prevención de incendios - un 39,54 %- frente al «óptimo» de 40.747.538 euros anuales que se desprende de los planes de prevención por demarcaciones elaborados por la propia Generalitat.
De acuerdo a estas cifras desveladas por el síndic, existe un déficit anual de 24,7 millones en prevención que la Generalitat pretende compensar recurriendo a los fondos del Programa de Desarrollo Rural. Sin embargo, pese a obtener una ayuda europea de 23.500.000 euros, las actuaciones no han comenzado y ha sido necesario pedir una prórroga a la Unión Europea.
En el ámbito de los grandes incendios de 2012, la Generalitat tampoco ha liberado todos los fondos para restaurar los montes quemados, tanto los de titularidad pública (8,9 millones) como privada (14,6 millones).
Municipios sin plan específico
El estudio incluye otros datos que pueden interpretarse negativamente como la ausencia de planes de ámbito local frente al riesgo de incendios. Solo 7 de 128 municipios obligados a disponer de este instrumento de gestión lo han redactado y apenas representan el 3,1 % de la superficie forestal.
Dice la Sindicatura que no hay un «panel de indicadores adecuados» que permita evaluar la eficacia de los medios de extinción. Sin embargo, refleja que el 80 % de los incendios forestales en la Comunitat Valenciana no supera la fase de conato (menos de 5 hectáreas) mientras en España este porcentaje se sitúa en el 67 %.
Son los incendios que se hacen grandes -mayores de 50 hectáreas- los responsables del 91 % de la superficie quemada en la Comunitat Valenciana mientras en el resto de España es el 43 %.
Además, constata la existencia de «indicadores positivos» en el tiempo de respuesta a las alertas de incendios, subraya el papel del clima como un factor relevante -el 89 % de las hectáreas quemadas se produjo «en días de alto riesgo»- que en el caso de la Comunitat Valenciana suelen coincidir con vientos de poniente muy cálidos y secos en un contexto de sequía. La media anual de estas episodios ha ascendido 97 en el periodo 2011-2015.
Los incendios más destructivos han sido generados por actividades humanas (negligencias e intencionados). Este tipo de incendios, el 71,1 %, ha provocado el 83 % de las hectáreas quemadas.
