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Análisis

Entre los europeos más hartos de corrupción y enchufismo

La Comunitat Valenciana se sitúa entre las regiones de la UE con mayor preocupación por los vicios de la gestión pública - La calidad gubernamental para los ciudadanos cae desde 2010

Manifestación en València en 2016 contra la corrupción. G. Caballero

La calidad del gobierno en la Comunitat Valenciana se encuentra por debajo de la media europea. La Comisión Europea publicó recientemente un estudio sobre el Índice de Calidad de los Gobiernos Europeos, una suerte de ranking de las 202 regiones de los países miembros. Los valencianos sitúan a sus instituciones públicas en el puesto 132, con datos similares a Polonia y al norte de Italia. En el ámbito español, los que mejor valoran sus instituciones son los extremeños y los asturianos, mientras que los andaluces otorgan a la nota más baja.

El estudio, realizado por la Universidad sueca de Gotemburgo y financiado por la Unión Europea, confeccionó el listado tras haber entrevistado a más de 78.000 ciudadanos de los países miembros. Establece la nota de la calidad gubernamental apoyado en tres cuestiones. En primer lugar, el sondeo se interesa sobre la calidad de los servicios públicos a los que tienen acceso los ciudadanos de cada región. La pregunta se concentra en tres áreas: educación, sanidad y seguridad. La segunda cuestión tiene que ver con la imparcialidad de las instituciones, es decir, si ciertas personas en la sociedad tienen ventajas respecto a otras o son favorecidas por los organismos públicos. Por último, el estudio recoge la percepción que tienen los ciudadanos sobre la presencia prácticas corruptas en la sociedad.

De las tres variables, la Comunitat Valenciana suspende en imparcialidad y corrupción pero es en este último donde peor nota obtiene. Está puntuada con un 37 sobre 100, y sus datos están en el mismo espacio que las la media de las regiones de Croacia.

Canarias, la peor en corrupción

Lejos de las primeras impresiones, lo cierto es que otras comunidades autónomas tienen notas más bajas, como Canarias (35,2), seguida muy de cerca por Galicia (35,8) Baleares (35,9) o Andalucía (36,1). Los únicos territorios en España que no conciben la corrupción como un problema integrado en la sociedad son los navarros y los vascos. En términos europeos, el País Vasco se situaría en la posición 88, mientras que la C. Valenciana se sitúa a la cola del ranking, en el puesto 147.

A juzgar por los datos, los «tópicos» podrían cumplirse porque no hay rastro de datos negativos sobre corrupción en los países del norte de Europa, comenzando en la vecina Francia, cuya puntuación se mantiene en la media de la Unión Europea.

Respecto a la imparcialidad de las instituciones, los valencianos puntúan en 44,7 sobre 100 la actitud del gobierno frente al trato diferenciado en según qué personas. El «enchufismo» es patente para la sociedad valenciana, que ve como en la educación, en la sanidad y respecto a las fuerzas del orden, hay ciudadanos que tienen privilegios con respecto a otros.

Las instituciones se quedan cerca de aprobar pero la sospecha de que podría haber desigualdad y aventajar a unos frente a otros, suspende al ejecutivo. De hecho, aprueban con nota las comunidades de la cornisa cantábrica, con especial mención a vascos y cántabros, que superan con creces la media europea y sí que perciben la igualdad entre ciudadanos. En Europa, las diferencias norte-sur son más que patentes.

En lo que sí puede presumir la C. Valenciana, en cierto modo, es en la valoración ciudadana de la calidad de los servicios públicos. Con una puntuación de 56 sobre 100, los valencianos valoran la educación, la sanidad y las fuerzas y cuerpos de seguridad. Sin embargo, sigue estando por debajo de la nota media europea. Esto coloca a la autonomía en la mitad del ránking, en la posición 112. El norte de España vuelve a obtener matrícula de honor al superar la nota europea con creces. La Rioja, Navarra y País Vasco están más que conformes con el funcionamiento de sus servicios públicos, mientras que andaluces y canarios suspenden a sus gobiernos.

La valoración cae en picado

Es el tercer informe que financia la Unión Europea para medir el índice de calidad gubernamental. El primero se publicó en 2010, luego fue 2013 y el último, en 2017. Los datos finales de la Comunitat Valenciana en las tres publicaciones dejan claro que la percepción ciudadana de los gobiernos ha empeorado sustancialmente. En 2010, la C. Valenciana se acercaba a la media europea (que contabiliza como cero) con un -0'05. Un dato en negativo, sí, pero ciertamente próximo al dato comunitario. Sin embargo, tres años más tarde, la C. Valenciana caía hasta el -0,27, para terminar en 2017 con el doble, el -0,44. Unos datos sujetos a los contextos sociales y políticos y basados en percepciones subjetivas pero basadas en la realidad social de cada región.

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