Maite Ducajú, Valencia

Los crucifijos han desaparecido, prácticamente, de las escuelas públicas de la Comunitat Valenciana. La aconfesionalidad del Estado se refleja en las aulas aunque son muchos los centros escolares con nombres de santos: instituto San Vicente Ferrer, colegios Santo Cáliz, San Juan de Ribera, Santa Teresa ..., denominaciones que los colectivos han respetado.

Son aislados casos como los de la guardería municipal Remedios Montaner de Alfafar o del colegio público San Sebastián de Rocafort, en donde las respectivas asociaciones de padres han reclamado la retirada de una imagen de la Virgen en un caso y de los crucifijos, en el otro.

La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) es contunde al remarcar que se respete la laicidad de la escuela pública, porque en los colegios de la Generalitat «hay muchos creyentes de otras confesiones y los que no son creyentes» señaló la presidenta, Gemma Piqué. La organización tiene esta cuestión tan clara que su anterior responsable, Carmen Molina, ha reiterado en muchas ocasiones su discrepancia con que el «calendario escolar se rija por por el de las fiestas católicas (Navidades, Pascuas, San José) y no por los criterios pedagógicos, lo que permitiría un reparto más equilibrado de las vacaciones». Desde la Asociación de Directores de Educación Primaria de Valencia indican que no recuerdan que se hayan producido polémicas por la existencia de imaginería religiosa en los centros ya que casi ninguna clase tiene colgado el crucifijo, aunque sí un cuadro del Rey. No obstante, las navidades han propiciado algunas susceptibilidades. La Conselleria de Educación avaló en las fiestas pasadas, con una carta de su director general de Enseñanza Josep Vicent Felip, el envío de belenes a cada centro público para apoyar a una organización no gubernamental en un sorteo, cuya recaudación serviría para una campaña de vacunación en paises africanos. La comunidad escolar en pleno reaccionó en contra de este respaldo de la Administración a la iniciativa. Algunos colegios e institutos tuvieron el nacimiento expuesto en sus vestíbulos y otros no lo desempaquetaron. En distintas comunidades, la suspensión de concursos de villancicos -aquí los ha habido sin más problemas- o la retirada de belenes de los centros han provocado enfrentamientos entre defensores y detractores.

El portavoz del sindicato de profesores (STE-PV), Vicent Mauri, se muestra más preocupado por «la existencia aún de símbolos franquistas, como el escudo en las fachadas de algún colegio, que por los religiosos, ya que apenas quedan» apuntó.

Fuentes de Educación explican a Levante-EMV que «no se ha tenido que mediar en conflictos de este tipo» y recordaron que «no hay normativa que regule este asunto en los centros públicos, que no tienen ideario sino proyecto educativo, y se deja en manos de los consejos escolares según el reglamento de régimen interno. En los concertados religiosos, con ideario propio, se les permite acorde con su religión.

Además, si el profesor de Religión quiere sacar en su clase el crucifijo no debe tener problemas -como el de Ciencias contaría con la probeta o el de Geografía, con un mapa-. Mientras, la asignatura de Religión Católica estará en todos los cursos en los centros de la C. Valenciana, según acaba de asegurar el conseller de Educación.