La protección y conservación de las Termas Romanas de Mura ha conseguido poner de acuerdo a los distintos partidos que conforman la corporación municipal de Llíria. Todos ellos han aprobado por unanimidad una moción presentada por el PP -en la oposición- para que el ayuntamiento edetano exija a la Generalitat que asuma el proyecto de obra para la rehabilitación y conservación de sus emblemáticas termas.

Este paso se da tan solo una semana después de que la Comisión de Cultura del Congreso aprobara también por unanimidad una proposición no de ley para instar al Gobierno central a tomar medidas que garanticen la protección, conservación y promoción del conjunto arqueológico monumental formado por las termas y el santuario. Por ello, el alcalde, el socialista Manuel Civera, señaló que ahora trabajan en plasmar esta propuesta en una consignación económica que se trasladará a la Comisión de Hacienda del Congreso en una de las enmiendas a los Presupuestos Generales de 2017.

Por su parte, la portavoz del PP en Llíria, Reme Mazzolari, insistió en que ahora el municipio «necesita tener cuanto antes el proyecto de obra para la finalización de las fases pendientes que permitan la recuperación y conservación de las Termas Romanas de Mura». En ese mismo sentido destacó que «todas las administraciones tenemos que remar en la misma dirección para la preservación de joyas históricas únicas en nuestro territorio».

Actualmente, la primera fase de rehabilitación ya está finalizada con la recuperación de la zona de las Termas Mayores y el Santuario oracular. Sin embargo, aún se encuentra pendiente la segunda fase, que afectará a las Termas Menores, y la tercera, en la que se pretende desarrollar la integración de las ruinas romanas en el entramado urbano de Llíria con la urbanización y adecuación de los accesos, para lo que el consistorio también tiene previsto solicitar colaboración económica a la Diputación de València.

Conjunto singular

El Santuario oracular de Llíria y las Termas Romanas de Mura, datados en el siglo I d. C., suponen uno de los conjuntos arqueológicos más singulares de toda la Hispania Romana. En éste se puede diferenciar una zona religiosa, donde se encuentra el santuario, y otra de carácter lúdico, las termas. Éstas estaban compuestas de dos edificios donde los ciudadanos de la antigua Edeta aprovechaban para sus baños las aguas procedentes de las fuentes ahora conocidas como de Sant Vicent. Allí se construyó entonces el Templo de las Ninfas.