La noticia, no ya de la semana sino la de décadas para Ontinyent y su comarca se producía a nivel formal y material el pasado lunes, con la inauguración de un nuevo edificio que albergará el Campus Universitario de la ciudad. El acto ceremonial estuvo oficiado por los representantes que más han puesto en este activo de futuro, el batle de Ontinyent, Jorge Rodríguez; el presidente de Caixa Ontinyent, Antonio Carbonell, y el rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, cuya institución, en tiempos de poda y amputaciones públicas, ha logrado invertir en dicha infraestructura, nada menos que tres millones de euros. Las expectativas de futuro, por de pronto, se concretarán en su uso, un uso que como han señalado fuentes municipales abarca más de 1.000 alumnos de tres grados (ADE, Magisterio y Educación Física) y Unisocietat, además de acoger la cátedra de Innovación Urbana e Internacionalización y un master de Enología.
Las comarcas de interior no pierden comba. Tal como se pronunció el batle al reivindicar que la Generalitat «sea motor y no obstáculo» en el desarrollo del eje Ontinyent-Ibi-Alcoi —y que expuso en el trascurso de la presentación de un estudio que certifica que dicho eje engloba el 6'6% de la industria valenciana, según la Universitat de Valencia— ya toca que, después de fijar la mirada en castillos en el aire, durante dos décadas, digo del gobierno autonómico, que recupere la atención en pro de medidas activas para el desarrollo industrial de estas comarcas del interior. Ya ha llegado la hora en que, sin mas dilación, como diagnóstica Rodríguez, empresarios y trabajadores rompan la tendencia que el PP ha impuesto durante cuatro lustros en que «la Generalitat ha priorizado otros sectores de actividad no industrial y no ha prestado atención al desarrollo industrial de la zona de estudio».
Desahucios. Una cifra alarmante, y sobre la que todos los partidos políticos ontinyentins, sin excepción, parece que quieran pasar de puntillas, es la que publicaba recientemente el semanario Loclar. Según esta publicación, con datos del Consejo General del Poder Judicial, en el último año que se posee información, 2013, en los juzgados de Ontinyent se aprobaron 156 ejecuciones hipotecarias. Un total al que cabe sumarle 551 casos pendientes hasta ese año. Habrá que ver cómo reaccionan, y que propuestas realizan al respecto en sus programas electorales los partidos de Ontinyent y comarca. Por que es una lacra que quasi a tots alcança. Es un asunto de pobreza moral y degradación de la justicia.
Otro desahucio... Justo y necesario. Es del que se ha hecho acreedor, y de sobra, del cargo que ocupa, el actual alcalde de Aielo de Malferit, J.L. Juan Pinter, quien, como informaba este diario, hasta el final conjuga la prepotencia con lo kafkiano y lo disparatado, haciendo de la democracia municipal su cortijo particular. El desficaci: volver a convocar un pleno de modo injustificado a las dos de la tarde.
La «cornà». Vaya cornà que le propinan, al unísono, al batle ontinyentí los portavoces de Compromís y EU. Y es que aunque la semana pasada se las daba muy feliz, por el capote que le echó al portavoz del PP, F. Tortosa, resulta que saltó al ruedo sin la complicidad de los susodichos. Y claro, se han visto desautorizados por Rodríguez y denuncian la transgresión, en un tema (la celebración de Bou en corda fuera de la Purísima) sobre el que, a priori, existía consenso.
