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La superficie cultivada de caqui crece en un año un 33% en las tres comarcas

La fruta ha desbancado al albaricoque en la Vall d'Albaida, donde ocupa casi la misma superficie que la naranja

El caqui lleva camino de convertirse un año más en la tabla de salvación de los agricultores de las comarcas. La deplorable rentabilidad y la caída de producción vinculada al sector citrícola, sostenida en el tiempo, tiene un efecto colateral: la superficie cultivada de la fruta no deja de crecer a pasos agigantados. Según las últimas estimaciones de la Conselleria de Agricultura, las plantaciones de caqui ocupaban al cierre de 2014 2.998 hectáreas de terrenos en la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida tras registrar un incremento del 33% respecto al año anterior, con 749 nuevas hectáreas cultivadas. En 2013, el producto ya se expandió un 20%. En el mismo periodo de tiempo, la superficie de cítricos en este territorio se ha reducido en 314 hectáreas, reconvertidas en muchos casos para albergar otros cultivos más rentables. Las navelinas son las grandes damnificadas.

En 2007, la Costera disponía de 7.797 hectáreas de cítricos, entre mandarinas y naranjas. Actualmente se contabilizan 6.861 ha. El caqui, mientras tanto, ocupa 980 hectáreas y es el segundo cultivo más extendido en la comarca tras expandirse a lo largo de 316 nuevas hectáreas desde 2012.

La Vall d'Albaida conserva 1.577 hectáreas de terrenos de cítricos —928 ha de naranjas y 584 ha de mandarinas— y 1.856 hectáreas de caquis, 333 más que hace un año. La fruta está consolidándose con fuerza y ya supera en superficie de cultivo a albaricoques y melocotones, productos por excelencia de la comarca. En esta campaña, los productores prevén un ligero repunte de la cosecha de caquis en comparación con el año pasado. Alejandro Molina, presidente de la cooperativa Cofrudeca de Bèlgida, calcula una producción de 2.500 toneladas distribuidas por toda Europa y fuera de las fronteras comunitarias. A pesar de que las condiciones climáticas de los últimos meses han provocado la caída de frutos de muchos árboles, la introducción permanente de nuevos plantones de caqui en el territorio ha contribuido a equilibrar la balanza y mantener el rendimiento positivo, según explica Molina.

50% de producción ecológica

El 50% de la producción de Cofrudeca, que da trabajo a 220 personas y atiende a las demadas de 500 socios, es ecológica, una línea por la que la entidad está apostando como alternativa rentable para los socios. El veto ruso, que representa el 5% del mercado exterior de la firma, supone «una vía de obstrucción» en una zona de negocio en continuo auge, aunque no conlleva un impacto significativo.

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