«¿Quieres que se celebre la fiesta de las vacas en Chella igual que el año pasado?». Los vecinos de la localidad de la Canal deberán responder a esta concisa y directa pregunta si deciden participar en la consulta popular vinculante que ha convocado el ayuntamiento el 10 de enero para sondear la opinión mayoritaria del pueblo respecto al controvertido asunto. Dos requisitos son necesarios para poder votar: estar empadronado en Chella y tener más de 16 años, la edad mínima reglamentaria para entrar en las plazas y participar en los bous al carrer.
El consistorio facilitará tres papeletas para responder a la pregunta, de modo que los disconformes con el proceso podrán votar en blanco. En caso de que ganar el sí, se repetiría el fin de semana taurino celebrado este año en el mismo recinto cerrado habilitado como plaza a la entrada del municipio. El consistorio ha puesto dos condicionantes: que no haya ni toro embolado ni bou en corda, según aclara el alcalde, José Enrique Talón. Las vaquillas se recuperaron en septiembre en la localidad después de 12 años de parón. El surgimiento de una peña taurina —El Salto— que se encarga de sufragar íntegramente los actos motivó el regreso de la fiesta, que tras las reticencias iniciales consiguió el permiso municipal. Sin embargo, dada la escasa tradición hasta el momento y la formación de una corriente contraria, el equipo de gobierno ha preferido echar mano de la democracia y que sean los «ciudadanos de Chella» quienes decidan, una promesa que el PSOE llevaba en su programa electoral. Para evitar suspicacias y que todo vaya como la seda el día de la consulta, hasta ocho personas de la peña taurina y del colectivo antitaurino podrán supervisar las votaciones, que se celebrarán de 10 a 19 horas en el Centro Cultural de Chella. En el edificio se colocarán dos mesas con urnas, al frente de las cuales se situarán representantes del ayuntamiento. El alcalde garantiza que el proceso será transparente y asegura que acatará «lo que dictamine el pueblo».
Choque taurinos-animalistas
Mientras tanto, ambas corrientes han comenzado a hacer campaña
para que su opción triunfe el 10 de enero. La peña El Salto subraya el esfuerzo desplegado para «recuperar una tradición» pérdida en la localidad y asegura que las actividades del pasado septiembre obtuvieron «muy buena respuesta» y beneficiaron a los negocios locales. Los antitaurinos, en cambio, quieren que Chella siga siendo un pueblo «libre de maltrato animal», apelan a la falta de tradición, cuestionan el impacto económico de la fiesta y afirman que al fin de semana taurino acudieron «más forasteros que gente de Chella».
