El Canyoles se seca en Canals y el caudal del Albaida cae al nivel más bajo en una década

El volumen de agua superficial en los principales cauces de la Costera, la Canal y la Vall d’Albaida se acerca al registrado en la última sequía histórica de 2015

La falta de precipitaciones en primavera comienza a hacer mella en la flora y la fauna de los cauces

El río Canyoles, sin caudal a la altura del polígono la Garrofera de Canals.

El río Canyoles, sin caudal a la altura del polígono la Garrofera de Canals. / Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

La falta de precipitaciones comienza a hacerse palpable en los principales ríos que recorren el territorio de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida. Aunque los acuíferos que nutren a las tres comarcas permanecen fuera de la situación de emergencia por sequía, las aguas superficiales han sufrido en los últimos meses un alarmante descenso del caudal en plena primavera que ya está teniendo impacto sobre la flora y la fauna del entorno.

La estación ubicada en Montaverner que mide el aforo del río Albaida en el punto de confluencia entre este cauce y su afluente, el río Clariano, reflejaba ayer un caudal medio de 0,09 metros cúbicos/segundo en el Sistema automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrológica del Júcar. Se trata de la marca primaveral más baja contabilizada en el Albaida desde hace casi una década.

En este cauce no se daba un volumen de agua superficial tan bajo desde 2015, cuando una sequía sin precedentes hizo descender el caudal del principal torrente fluvial de la Vall d'Albaida hasta los 0,04 metros cúbicos por segundo por estas fechas. El dato de este miércoles, además, está muy alejado del promedio histórico registrado en el Albaida a estas alturas del año desde 1990, que se sitúa en 4,14 m3/s, según las redes de seguimiento del Estado.

La presa de laminación de Bellús, sin embargo, mantiene un volumen de agua embalsada similar al de hace un año, con 17 hectómetros cúbicos (el 25% del total de su capacidad de almacenamiento), dentro de la media de la última década (15 hm3).

En la estación situada en Estubeny (la Costera) que mide el aforo del río Sellent el caudal medio registrado estaba ayer bajo mínimos, con apenas 0,03 metros cúbicos/segundo, cifra que vuelve a evocar la sequía de hace una década. Hace un año a estas alturas, el volumen de agua en este río originado en el sur de la Canal de Navarrés, en la conjunción de numerosos barrancos que bajan de la sierra de Enguera, de Chella y Bolbaite, rozaba los 0,10 m3/s.

El Río Canyoles, sin caudal a la altura del polígono la Garrofera

El Río Canyoles, sin caudal a la altura del polígono la Garrofera / Perales Iborra

La estación de Moixent que medía el aforo del río Canyoles, el último punto de medición diaria de caudales por parte de la CHJ en el ámbito de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida, permanece averiada desde hace años y no suministra datos. Sin embargo, la falta de agua es evidente en los diferentes tramos del afluente del Albaida que cruza la Costera de oeste a este. En el entorno del polígono de la Garrofera Canals sorprende la ausencia de corriente en el lecho, por el que siempre solía circular agua en primavera.

En puntos como la sierra de Quatretonda, los excursionistas han hecho notar la falta de agua en algunas fuentes de las que siempre solían aflorar recursos. El regadío de los campos de cultivos se ha avanzado en las tres comarcas al menos tres meses respecto a lo que era habitual y sus efectos ya se notan. Las comunidades que se nutren directamente del agua de los ríos comienzan a experimentar dificultades.

El biólogo Salvador Argente, gran conocedor del estado de los ríos Albaida y Canyoles a su paso por la Costera, señala que la falta de caudal ya ha provocado que dejen de aparecer hongos y que algunas especies de fauna acuática se concentren en determinados puntos del río más superficiales que resultan más fáciles de acceder para sus depredadores, alterando las dinámicas habituales de alimentación.

Impactos en la floración

En cuanto a la flora, Argente advierte de que el descenso del nivel freático "ha influido mucho", puesto que "muchas plantas que en años anteriores estaban muy verdes a estas alturas ahora lo están mucho menos, y eso genera impactos en la floración, a la hora de que haya insectos, y también en la fauna presente en los alrededores del río". Aunque no dispone de datos sobre la calidad de las aguas, el experto subraya que otro efecto negativo de la falta de caudal es que la excesiva concentración de sales puede obligar a desplazarse a la fauna acuática de su medio habitual, algo que podría verse más adelante si sigue sin llover.

El biólogo Salvador Argente señala la influencia de la sequía en la floración de las plantas y en las dinámicas de la fauna acuática de los ríos

"Si se repasa un poco la evolución de nuestro territorio, en Xàtiva vemos que hemos pasado de un sitio con mucha agua a una situación de recesión que en un futuro no muy alejado puede llevarnos a algún tipo de restricción o prohibición de agua", aventura Argente, que reivindica la necesidad de una mayor concienciación entre la población sobre el uso de agua, un bien "muy necesario" cuyo consumo en aumento "está influyendo en que los ríos reciban menos cantidad agua porque está muy canalizada".

"Este no es un problema exclusivo de falta de lluvia. Si se extrae más agua que antes y llueve menos, debería aparecer una nueva política de control y saneamiento. Esta no es una asignatura exclusivamente del cambio climático: hay una acción antrópica aunque continuamos pensando que no va con nosotros", subraya.

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