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Matisos discordants

Xàtiva hoy en las comarcas centrales

a reciente revitalización del consorcio de las comarcas centrales invita a una reflexión y análisis sobre el papel de la ciudad de Xàtiva en esta iniciativa de vertebración territorial, pero que debe tener también una proyección económica, social, cultural e incluso político-administrativa.

Históricamente Xátiva ha sido una referencia para la mayor parte del ámbito territorial sobre el que se asientan las hoy llamadas comarcas centrales valencianas. Desde la red de nodos urbanos de la Contestania íbera, pasando por la Governació d'enllà del Xúquer, hasta la breve provincia liberal de Xàtiva, la ciudad, que también fue su estratégico centro de comunicación viaria y ferroviaria, ha tenido un protagonismo que en los dos últimos siglos se ha ido difuminando merced a la evolución industrial y demográfica de otras ciudades de este territorio frente al estancamiento de la otrora segunda ciudad del Reino de Valencia.

La presidencia de Xàtiva en la primera etapa del consorcio de las comarcas centrales fue un espejismo, roto además por la nula voluntad y creencia en este proyecto siguiendo, por otra parte, directrices impartidas desde los centros de decisión política de Valencia y Alicante que siempre han visto el desarrollo propio de este espacio histórico como una amenaza a sus intereses y su ámbito de influencia.

La ciudad, hoy por hoy, no está en mejores o incluso iguales condiciones que Alcoi, Gandia u Ontinyent para liderar el consorcio de comarcas centrales pero si que puede tener su espacio más allá de la ascendencia que por su importancia histórica merecería, superando la encorsetada y artificial reducción microcomarcal de la Costera a la que la sometieron y en la que Xàtiva se dejó recluir.

El impulso político e institucional desde las muchas veces olvidadas ciudades medianas valencianas al renovado consorcio de las comarcas centrales podría permitir a Xàtiva fórmulas de participación conjunta en proyectos que en su situación actual de ya larga decadencia de ninguna manera sería capaz de llevar a buen término en solitario.

La fuerza de una acción conjunta supracomarcal, reforzando la personalidad propia de este territorio que es una potencia histórica, poblacional, económica y cultural, algo que ha sido difícil de llevar a cabo desde la siempre difusa y heterogénea configuración de las provincias de Valencia y Alicante, podría redefinir el papel setabense que a priori se encuentra en desventaja frente a las ciudades vecinas que la han ido superando.

Desde su experiencia histórica y aplicando el talento de sus jóvenes titulados y profesionales, la cultura del esfuerzo y la innovación, su potencial de turismo cultural y monumental, su tradición y vocación comercial y de servicios, tratando de optimizar sus puntos fuertes y su idoneidad, la ciudad habría de apostar por proyectos con financiación europea en el marco del consorcio a través de los que cimentar la recuperación y la revitalización de un liderazgo específico en diversos ámbitos, siempre desde una perspectiva de aportación y suma al proyecto global de comarcas centrales.

Y en esta vía de esperanza ilusionante que se abre para la ciudad el papel de los representantes de Xàtiva en el consorcio de las comarcas centrales, desde su nuevo reparto representativo, ha de ser el de, creyendo de verdad en el proyecto, canalizar hacia la ciudad el máximo caudal de iniciativas viables y beneficiosas y, al mismo tiempo, ser capaces de involucrar a toda la sociedad civil setabense para respaldar y fraguar un amplio catálogo de proyectos convenciendo a los ciudadanos, agentes económicos y sociales para no dejar pasar esta oportunidad para Xàtiva de volver a ser protagonista y escribir su propio futuro liderando como lo hizo durante siglos.

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