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El Consell olvida coser las CCV

«Un ciclista tardó menos que el tren entre Alcoi y Xàtiva, en 2014», así de taxativo y clarificador rezaba el pie de foto que ilustraba la noticia que publicaba este diario en relación a la no inversión prevista por el Consell para 2017 en la línea férrea Xàtiva-Alcoi: «El tren ha vuelto a quedarse al margen de las inversiones de la Generalitat». Lo que obliga a sus potenciales usuarios a esgrimir el socorrido agravio comparativo, tanto en lo que atañe a la administración autonómica, como a la nacional, que también tendría vela en el entierro de dicha vía, la que une a tres comarcas valencianas del interior.

Algunos de los avales que sustancian la discriminación que sufren los usuarios de este servicio público venían insertados en dicha noticia, como «el coste de la reforma sería el de 3,6 km de AVE», «el viaje Valencia-Alcoi era de 2 h. y 30 min. en 1904», mientras en 2016 ese tiempo apenas se ha mejorado.

Finalmente, también se cumplieron los desalentadores presagios y este Consell «vuelve a olvidarse del eje que enlaza las comarcas centrales en 2017». Según el presupuesto autonómico para dicho período, no se contemplan fondos para concluir la CV-60 entre l'Olleria y Terrateig, cuyo trazado recorre transversalmente la Vall d'Albaida. Que sí, que las arcas de la Generalitat están exhaustas y la deuda que le dejaron los distintos gobiernos del PP a la Generalitat es astronómica. Hasta ahí existe un consenso generalizado. Pero el tiempo pasa y el Consell que preside Ximo Puig debe actuar. A expensas de lo que suceda en los tribunales de justicia con esa organización política imputada hasta las orejas, que devuelvan una mínima parte del dinero sustraído (ya que el despilfarrado en banalidades por el PP es irrecuperable), es una circunstancia más que difícil, con las leyes laxas que se elaboran y aplican a los políticos y a sus satélites delincuentes.

A la espera que se cuantifique el número creciente de muertes en el tramo de l'Olleria a Terrateig y viceversa, y dado que desde su apertura al tráfico las voces y proclamas de «vecinos, empresarios, ayuntamientos e instituciones supramunicipales» han visto como insistentemente sus reivindicaciones han caído en saco roto, los actuales gobernantes de la Generalitat deberían empezar a mostrar otra sensibilidad al respecto. Porque si tenemos en cuenta la lentitud con la que suele funcionar la maquinaria burocrática pública en lo que compete a estos menesteres, habrá que convenir que el actual Consell está obligado a mover ficha. El fin no es otro que tejer consensos y diálogos de cara a poner en movimiento el proyecto. Y que tarde en materializarse lo que presupuestariamente se consensúe, lo importante es que el proyecto vaya rodando.

Sigue en juego agilizar el llamado «eje transversal de conexión entre el interior y la costa», una importancia que debería plasmarse en datos de rigor, como acreditación de los representantes de estas comarcas de interior ante la administración autonómica. Y en temas como este, un organismo como el Consorcio de las CCV debería tener un protagonismo clave. Sin embargo, tras los primeros escarceos, parece haberse sumido en un letargo nada edificante. Hace falta alguna suerte de coordinadora representativa que trabaje sobre la cuestión, de vital importancia, en las comunicaciones de estas comarcas.

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