el secretismo que envolvió, el pasado fin de semana, la presentación en Ontinyent del ambicioso plan que se ha venido elaborando en el transcurso de los pasados meses sobre la dinamización de proyectos estratégicos para las comarcas centrales valencianas (CCV) no hacía presagiar nada bueno. En consecuencia no ha visto la luz con el resplandor y claridad que una iniciativa de esta índole merece. Por de pronto sus resultados en vez de exponerse públicamente, con luces y taquígrafos de tecnología digital, o sea ante el mayor número de representantes de medios de comunicación, amén de representantes sociales, se dieron a conocer en dicho acto ante una presencia mínima de representantes del renacido Consorci.

Y claro, la respuesta ante esa sombra y ninguneo no se hizo esperar. Tal como publicaba este diario el pasado miércoles, «Sindicatos y patronal denuncian su exclusión del plan estratégico».Máxime cuando estos colectivos representativos participaron en la reactivación del consorcio, hace un año. De ahí que digan que «es completamente incomprensible» y comprensible que expresen su «profundo malestar» ya que los buenos propósitos cabe alimentarlos con la máxima implicación social, mientras que excluyendo a patronal y sindicatos, como inauditamente ha sucedido, solo parece que se escoran más por lo vertical y no lo horizontal. Con dichas exclusiones, mal se va a compadecer el «despegue de las comarcas centrales» del que informaba también este diario. Y sería una lástima que el Consorcio de la CCV, en su afán político por lanzar un plan de dinamización de proyectos estratégicos para potenciar este territorio valenciano con acciones, a priori, pilares de la economía de estas comarcas en sectores como la industria, el turismo, el comercio, la innovación y el medio ambiente, errara tanto en las formas.

También extraña que de un plumazo se ignore la hoja de ruta o Biblia del Consorci, que se publicó en 2002, el proyecto Concercost o Plan de Promoción Socioeconómica y de Ordenación de las Comarcas Centrales Valencianas, redactado por un equipo amplio de prestigiosos y acreditados expertos en las CCV. Ya que, en definitiva, y al margen de la necesaria actualización del Concercost (por los 15 años transcurridos desde su edición) el plan que ahora se ha dado a conocer introduce pocas novedades respecto al de 2002. En cambio enciende algunas incertidumbres, al no ceñirse solo al aspecto económico, sino también a su modelo de desarrollo, la calidad de vida, la participación, la cultura, el patrimonio, la accesibilidad, etc.

?La AP-7 también es CCV. En el Diagnóstico y estrategias de intervención socioeconómica del Concercost, entre las propuestas recogidas en su Acción C.1.2.4., apuntaba, entre otros proyectos de futuro, «alargar la línea de FC Gandia-Dénia» o «la eliminación del peaje de la A-7», un tema del que Levante-EMV informaba el pasado 19 de mayo: «El silencio del Gobierno sobre la AP-7 impide planificar los nuevos accesos». Sin embargo no estuvo nadie en representación del Consorci de las CCV en la reunión de dènia para restañar el desaguisado. No se sabe si porque son ignorados o porque dimiten de esa clase de competencias. Mientras, cabe recordar que el acceso a la AP-7, es una reivindicación, sobre todo empresarial, de las comarcas de interior que se retrotrae a hace medio siglo, ya que cuando llegan a Gandía la falta de un acceso desde la Vall obliga a ir al acceso de Oliva.