El Seprona, la Conselleria de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Alfarrasí han abierto diferentes líneas de investigación después de tener conocimiento de que una empresa de origen alemán dedicada a la manufactura textil y asentada en el polígono industrial de Alfarrasí podría estar vertiendo importantes cantidades de hidracina -un componente tóxico muy peligroso- a la red de saneamiento que desemboca en el río Albaida sin los permisos requeridos.

Según ha podido saber este diario, la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) trata de esclarecer la posible relación entre la actividad de la firma con sede en Hamburgo y los problemas que experimentó en diciembre la estación depuradora de Alfarrasí (Edar), situada a escasa distancia de la sucursal en España de Pyrotex Industries, que opera en una nave sin ningún tipo de rotulación arrendada en el antiguo complejo de Martí Tormo.

En diciembre, un vertido inhibió el proceso biológico en la EDAR, un fallo que reduce momentáneamente la capacidad depuradora de la instalación y afecta a la calidad del agua vertida al cauce. Coincidiendo con las actuaciones para esclarecer el origen de este incidente, la Epsar recibió a principios de enero un aviso sobre la existencia de una empresa en Alfarrasí que estaría trabajando con hidracina, utilizada como catalizador en el proceso de producción de fibras textiles para prendas ignífugas, y que no operaría con las condiciones mínimas de seguridad «tanto para los trabajadores como para el medio ambiente».

La voz de alarma la ha dado un directivo y consultor textil que participó en el establecimiento de la actividad en la factoría, inicialmente bajo el nombre de Colour-Tex, en 2012, y que conoce los entresijos de su funcionamiento.

Una vez examinada y ampliada la información facilitada, la Epsar dio traslado de los datos al resto de organismos públicos implicados para que, en el ámbito de sus competencias, pudieran adoptar las medidas que considerasen oportunas. Tanto el Servicio de Inspección Ambiental de la Consellería de Agricultura y Medio Ambiente, como el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y el al Ayuntamiento de Alfarrasí son conocedores de las presuntas irregularidades y planean inspecciones en las instalaciones. El consistorio también está a la espera de un informe técnico.

La Epsar ha informado de los hechos a la dirección de la EDAR para que se mantenga alerta y efectúe muestreos en el potencial foco de contaminación, en caso de que se repita un episodio como el registrado el pasado mes de diciembre, puesto que, según advierten fuentes de la entidad, «la hidracina tiene un potencial efecto negativo sobre los procesos biológicos de la depuradora". En el catálogo de usos más frecuentes de la sustancia -que se emplea como combustible para cohetes y aviones- no consta la industria textil. La Epsar planea igualmente una inspección en la nave de Pyrotex.

Desde la conselleria señalan que, en las actuaciones de control practicadas con anterioridad en Alfarrasí, la mercantil no se había tenido en consideración porque, en el registro mercantil, aparece declarada como comercializadora de tejidos y, en ningún caso, como un establecimiento dedicado a la síntesis de fibra textil ignífuga mediante un procedimiento químico. El material manufacturado serviría para suministrar a la propia empresa propietaria, ligada a un gigante de la industria química.

Según la información facilitada por el directivo que ha dado pie a las investigaciones, en cada remesa se gastarían 120 litros de la sustancia tóxica suministados por una firma inglesa en contenedores de 1.000 litros. La denuncia pública señala el riesgo de un accidente grave debido a que la hidracina se almacenaría sin control en el complejo, donde solo trabajan dos empleados. La falta de mantenimiento y la obsolescencia de la maquinaria de presión, que ya se encontraba en las instalaciones cuando la mercantil comenzó a operar, también son objeto de análisis.

Este diario ha tratado sin éxito de recabar la versión de la industria. En uno de los intentos, un operario cortó la comunicación al otro lado del teléfono tras solicitar contactar con los responsables.

Decantación «satisfactoria»

La sucursal de Pyrotex se constituyó en marzo de este año, si bien la actividad habría comenzado a desplegarse con el nombre de Colourtex. Esta empresa alquiló la nave en 2012 por 2.000 euros mensuales, cuantía que debía incrementarse en 1.000 euros por cada ejercicio que pasara. El arrendamiento, eso sí, quedaba subordinado a que la empresa subsanara «de forma satisfactoria» la decantación de los vertidos conforme a los niveles establecidos por la ley.

En poder de las autoridades hay facturas de la compra de hidracina. El desagüe de la empresa conduce al depósito de una depuradora de otra mercantil con capacidad para almacenar 1,5 millones de litros y acumular hasta 50 o 60 días de trabajo. La industria podría verter cada día más de 24.000 litros con presencia de la sustancia en al menos un 10% de la cantidad total.